Refugio situado al final del valle de la Géla. Acceso cómodo desde Piau-Engaly a través de un camino fácil, con un desnivel acumulado de mil metros y duración aproximada de tres horas. Es un refugio pequeño (10 a 20 personas en planta superior) pero que me sorprendió por su limpieza y organización, sencilla y eficiente. Llevado por dos guardas que atienden el bar, la cocina y las camas. Buena comida y buen café. Tiene un servicio exterior (en la parte de atrás) en cuyo suelo casi se puede comer. Fuente de agua en la parte delantera del refugio, no es agua de manantial sino potabilizada por electrólitos (creo que se describe así el sistema). Avisar antes si se desea pernoctar. Como último comentario el paisaje con los lagos de Barroude y la Muralla de Barroude, es impresionante. A este no me importaría volver, a cada cual lo suyo.
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