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Groenlandia, al borde del hielo
Despegando desde Islandia.
Volar nunca me ha hecho mucha gracia, pero hay veces en que el deseo puede más. Esta vez era una de esas.
Desde que era pequeño siempre habia soñado con ir a Greenland (Groenlandia) y ahora lo tenía más fácil que nunca, ya que me encontraba en Islandia, a unas dos horas de vuelo.
Por unas módicas 45 mil pelas, la linea aerea local islandesa organizaba vuelos diarios a Kulusuk, al este del continente, y no dude ni un minuto en reservar uno de ellos. Mi sueño se podia cumplir !

Me levante pronto del cámping para coger el autobús que me dejaría en el aeropuerto de Reykjavik, dedicado exclusivamente a vuelos domésticos, y parecía ser que Greenland, estaba considerada como doméstica.
El avión era un Focker, de muy buena pinta, de hélices.
Pronto nos levantamos sobre Reykjavik; buena vista, hasta que sobrepasamos las nubes.
Casi dos horas de vuelo cuando el piloto anunció el inminente descenso. Y tan inminente: el avión inició un descenso en picado, tan en picado que tenía que sostenerme en mi asiento, apoyándome en la silla de alante para no caerme.
Unos pocos minutos de caida, estaba un poco nervioso y mosqueado por el descenso. Estabamos en mitad de las nubes, no se veia absolutamente nada. Y de repente...el milagro: por fin se cumplía uno de mis más ancianos sueños. Estaba viendo tierra groenlandesa y... ICEBERGS. Si, eran de verdad, estaban alli abajo !!!.

Icebergs llegando a Groenlandia.
Estaba completamente emocionado. Había olvidado por completo mis nervios del descenso.
El avión giraba en círculos perdiendo altura y mis ojos estaban abiertos como platos, captando cada una de las mas insignificantes cosas.
Pero por un instante volví otra vez a la realidad. El avión estaba muy cerca de tomar tierra y yo no veía aeropuerto por ningun lado. Era eso normal ?
Pero el avión seguía bajando sin parar ! Era ya tal la altura que nos separaba del suelo que supuse que: o ibamos a estamparnos contra suelo groenlandes o a aterrizar en la misma tierra, sin asfalto. Y asi fue...

Cuando salía del avión me encontraba en Groenlandia, Greenland, Kalaallit Nunaat, que quiere decir el país de los seres humanos.
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