Como cordillera alpina que es, aquí se dan cita gran variedad de ambientes ecológicos. También ayuda la gran variedad de climas y la marcada diferencia entre estaciones.
Pero, además de todo esto, es importante destacar el buen estado de conservación natural de todo el ecosistema, gracias, en parte, por la escasa humanización de la zona.
Primero, cabe destacar la gran variedad de sustratos: batolitos graníticos, esquistos, rocas carbonatadas, zonas calizas, etc...
Segundo, debe notarse la enorme diferencia de altitudes de la cadena. Esto marcará el hábitat que aquí se encuentre: contra más baja sea el área, más típica de cada lugar será su hábitat. Así mismo, a medida que vamos subiendo, el hábitat se hace más común al resto de macizos alpinos y latitudes boreales.
En tercer lugar, habría que hacer una división entre dos claras zonas: la meridional y extremo oriental, claramente de clima mediterráneo, y la zona septentrional, con clima atlántico, donde podemos encontrar muchas de las especies centroeuropeas.
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