556 montañeros on-line
(11,478 montañeros registrados)
"La primera web con los 215 tresmiles descritos por sus usuarios"
(11,478 montañeros registrados)
"La primera web con los 215 tresmiles descritos por sus usuarios"
|
Librería
Senderismo Used - Azpe - Bara por klaus -- 12/09/2016
Jornada: (Una) -- (2318 visitas)
Jornada: (Una) -- (2318 visitas)
- Zonas: ,
- Duración sin descansos: 06:00
- Meteorología: Sol
- Dificultad: Muy facil
- Días: 1
- Num. Personas: 1
- Tipo: Senderismo
- Desnivel de subida: 600 metros
- Desnivel de bajada: 600 metros
- Distancia: 18500.0 metros
- Agua:
- Observaciones:
- Gps: Sin fichero GPS
Used - Azpe - Bara
Es curioso comprobar cómo la mejora en las comunicaciones de acceso a estos pueblos del valle de Nocito, la llegada de la luz eléctrica a las casas, la introducción de una red de abastecimiento de agua potable, el tener un sistema de calefacción moderno para calentar las habitaciones, no ha servido para frenar el imparable proceso de despoblación de esta parte de la provincia de Huesca. Una densidad por habitante ridícula y de las más bajas de Europa. Antes vivían familias enteras en pueblos que ahora están en ruina y comidos por la vegetación, y sus condiciones de vida eran más precarias y difíciles que las de cualquier vecino del presente. Iban por agua al río, cortaban leña para calentarse, cazaban en el monte a la espera de matar al cerdo, cuidaban el huerto en vez de ir al supermercado...hasta que se marcharon. Las razones de la emigración del medio rural a las ciudades están de sobra estudiadas, pero que suceda un proceso a la inversa en el presente parece muy improbable, aun cuando ahora los medios son mejores que nunca. Sería largo y ajeno al tema que nos ocupa entrar en disquisiciones sobre los impedimentos de la vuelta al campo, las razones sociales de mantener a la población metida en ciudades y no desperdigada por el territorio, pero mientras tanto hay una certeza incuestionable, un claro vencedor de la partida, la Naturaleza, que de manera callada y silenciosa expande sus límites sin encontrar obstáculo.
La excursión propuesta es una circular en torno a los pueblos de Used, Azpe, y Bara, manteniendo este orden para escoger el sentido de la ruta, que bien podría ser otro cualquiera a gusto del caminante. La distancia del recorrido es larga y el desnivel acumulado se incrementa debido a las continuas subidas y bajadas, pero a un ritmo tranquilo es factible de llevar a cabo por cualquiera acostumbrado a andar por el monte. Las sendas, en general, se hallan bien indicadas aunque en algún tramo exigen de atención para seguir el rumbo correcto. Al lío.
DATOS TÉCNICOS:
-inicio, Used a 1110 metros de altitud.
-duración, unas 6 horas en total.
-desnivel, 600 metros de subidas y bajadas.
-distancia, 18500m. aprox.
DESCRIPCIÓN:
el comienzo lo situamos en el aparcamiento de entrada a la pista de subida al refugio de Fenales, bien indicado junto a la carretera que atraviesa al valle. Varios carteles informan sobre la naturaleza del parque y uno explica el trazado de otra ruta entre pueblos a apuntar para mejor ocasión.
La subida al pueblo de Used se realiza por una pista que tiene una barrera de cierre en la parte baja. La mayoría de los edificios presentan un aspecto exterior cuidado, con un entorno limpio y agradable a la vista. Nadie vive de manera continua en la aldea, pero los dueños se esmeran en adecentar sus casas con objeto de pasar fines de semana o temporadas vacacionales. Hay una fuente en la plazoleta del centro, junto a un banco de madera.
En el extremo norte del pueblo, junto al portal de lo que sería una borda y ahora es la entrada a un campo, se ubica el poste indicador del GR-1 en dirección a Bara, camino que dejaremos para la vuelta para ahora tomar otro que se encuentra a escasos metros y marca a Azpe en hora y media de trayecto.
Estacas de madera de color verde y mojones de piedras guían nuestros primeros pasos por el sendero. Se atraviesan un par de vallejos transversales entre estratos de roca y campas de hierba. La vista a nuestra espalda del pueblo, con el fondo del Tozal, merece una parada para volver la cabeza. Vamos en dirección a la orilla del barranco de Used.
El barranco de Used suele llevar agua, pero este día de comienzos del mes de Septiembre, tras un verano de sequía pertinaz, el caudal es mínimo por no decir seco. Alguna charca estancada sirve de refugio para las ranas y los zapateros, pero sin demasiada alegría. Esa sería la tónica general de la ruta en cuanto a la escasez de agua, salvo una sorpresa que se desvelará a su tiempo. El camino vadea el arroyo y prosigue por la otra orilla en ligera subida.
Durante la subida a Aspe se alternan tramos abiertos con otros bajo la sombra del pinar, ratos para disfrutar del paisaje hacia las cumbres de Guara y momentos de agradable paseo forestal. Esta mañana había bastante haces de leña acumulada en las lindes del sendero, con troncos cortados y caídos que formaban una maleza densa y seca, peligrosa para esta época del año.
El sendero traspasará una valla para el ganado, con una puerta de madera que lleva esculpida la letra A, tal vez en referencia al cercano pueblo de Azpe.
Los tramos de llaneo entre cuesta y cuesta hacen de la marcha un paseo agradable y llevadero, sin apenas esfuerzo y sin casi darnos cuenta se alcanza de nuevo el curso del barranco de Used, viendo en la otra orilla las ruinas del molino de Azpe. Chopos de gran envergadura se alzan junto al edificio al que es posible acceder una vez cruzado el arroyo, entre algo de matorral y de visita poco interesante. Hoy el barranco va seco como la mojama y la pasareda de piedras está de adorno; cosa distinta será en primavera que es la mejor época del año para realizar la excursión.
El repecho de subida a Azpe destaca por la buena vista al cordal de Guara y por los tapiales de piedras que flanquean el sendero. Estos muros son el mejor indicio para anunciar la llegada o salida de una población, aunque éstas se encuentran en la mayoría de los casos deshabitadas. A lo largo del recorrido tendremos más ocasiones para asociar estas construcciones en el borde del camino con la presencia de un asentamiento humano. Las fachadas de Azpe luchan por mostrar algo de sus paredes entre el verdor de saucos y yedras. El camino deja a los lados las ruinas de los edificios, y a la vista de la iglesia de Santiago, se alcanza el desvío señalizado a Bara.
Del pueblo sale un camino hacia otra aldea deshabitada de la zona, Abellada, formando parte de otro recorrido circular por la zona, pero ahora nos interesa tomar la dirección a Bara, entre los muros de piedra invadidos de vegetación. La visita a la iglesia de Santiago es muy recomendable no tanto por el edificio, en estado ruinoso y de interior inaccesible sin llevar una podadora, como por la hermosura del paisaje a contemplar, con la silueta quebrada del pueblo bajo el relieve del Tozal. Es fácil salirse del sendero por la izquierda, y atravesando varias campas, llegar junto a la torre de la iglesia.
De vuelta al camino bajamos a cruzar el torrente, y en la otra orilla habrá que poner cuidado en seguir el trazo correcto, porque la zona invita al despiste. Cerca hay una borda en ruina, y la senda cobra altura por una ladera erosionada, con matorral de boj y erizones, en dirección sureste. Algún hito de piedras, pocos, ayudan a recuperar un trazado que enseguida vuelva a estar claro.
El siguiente tramo hasta alcanzar la collada de Coronaz es todo en subida, por un terreno de matorral bajo y poca sombra. Alguna lazada para cobrar altura sin perder de vista el trazado de la senda, aunque la vegetación compacta de erizones y boj hace muy complicado salirse del camino.
Desde la collada, en la base del Cerro Coronaz y máxima altitud de la ruta, se obtiene una vista amplia de la gran superficie boscosa que cubre el valle, bajo las cumbres del Cabezo de Guara y el Tozal. Hectáreas y hectáreas de terreno sin rastro de humanidad.
A continuación la senda avanza por una fajeta estrecha bajo los cortados del Cerro, en un llaneo muy vistoso y bajo la sombra de un pinar acompañado de quejigos. Sobre el camino cayeron árboles por la fuerza del viento o un temporal de lluvia, quién sabe, el caso es que el tronco ha sido cortado para facilitar el paso de los caminantes. Se agradece.
El tramo horizontal acaba pronto para bajar con fuerza por una senda que evita los resaltes de roca de manera inteligente, a base de revueltas entre unos quejigos que dan una nota de color distinta al verde de los pinos.
Desde el collado hasta el cruce del barranco de Cardito, todo el recorrido es en bajada perdiendo 250 metros de cota. En este día el torrente no llevaba caudal de agua y sólo aparecían en el lecho charcas estancadas y de color turbio. Aún así, se nota la humedad del entorno que ayuda a la buena salud del pinar. Después de vadear el cauce, la senda gira un poco a la izquierda para retomar su traza marcada con una baliza de madera.
La tendencia en descenso del camino se mantendrá hasta entrar en Bara, pero con tramos largos de pendiente suave y alguna pequeña cuesta. El terreno, al tomar distancia con el barranco de Cardito, pierde la sombra del bosque en favor de unas laderas salpicadas de ejemplares más dispersos de pino y quejigo. También es frecuente el paso por unas zonas de roca lisa y pulida que los erizones todavía no han colonizado, donde los hitos de piedras dibujan la línea a seguir.
Tras cruzar un par de barranqueras de cauce seco y pasar unos tramos de pinar, la senda por fin da vista a las casas de Bara. El pueblo tiene como mayor punto de atracción turística al barranco de las Gorgas Negras, cuyo descenso deportivo es de lo más espectacular del parque de Guara y recibe a visitantes en los meses de primavera y verano. La garganta asoma al fondo del horizonte, encajada entre la sierra de Lupera y la mole del Cabezo de Guara.
La entrada al pueblo carece de señalización para el camino traído desde Azpe, dato a tener en cuenta si hacemos la excursión en sentido inverso. Una recta entre tapiales vestida de pinchudos matorrales es sencilla de evitar gracias a un campo aledaño por donde se anda mejor. En Bara se mezclan casas recuperadas por sus dueños con otras medio abandonadas, en un lugar donde se respira paz y tranquilidad. Por lo visto el pueblo lo habitan unos pocos vecinos que este día se hallaban en el interior de las casas o en las labores del campo, porque no vi a nadie salvo a un par de coches aparcados en la calle. En cambio, sí aparecen unas marcas de color rojo y blanco del GR-1 que salen de Bara por debajo de un pasadizo, junto a una casa que está en venta o por alquilar según reza el cartel de su fachada.
El sendero histórico con la denominación de GR-1 atraviesa Bara yendo hacia los pueblos de Nasarre y Otín, pero nos interesa tomar la otra dirección para regresar a Used. Junto a la carretera de acceso al pueblo hay un cartel informando sobre el recorrido del GR y otras curiosidades de Bara. El asfaltado de la pista apenas lo pisaremos gracias a que la traza del sendero avanza al lado del carril, primero por la margen izquierda viendo cómo parte un desvío señalizado hacia el barranco de Gorgas Negras.
Un crucero o peirón marca la salida del pueblo por un camino en ligero ascenso que pronto alcanza otro desvío indicado, en este caso la vía de subida al Cabezo de Guara por la zona de los Fenales, un recorrido para apuntar en futuras escapadas. Después se cruza la pista asfaltada como manda el cartel en dirección a Nocito-Used.
Ahora vamos por el otro lado de la carretera, en un cómodo llaneo que deja a la izquierda una explotación pequeña de colmenas. Más presencia de tapiales de piedras junto a un camino que bordea una parcela con un cobertizo de madera en su interior.
Se alcanza la orilla del barranco de Cardito, cuyo lecho habíamos cruzado en el trayecto de bajada a Bara desde la collada de Coronaz. Ahora estamos en un punto más bajo de su curso y de momento no cruzamos al otro lado, porque una senda avanza junto al torrente para vadear sus aguas un poco mas adelante. Lo de sus aguas es una exageración ante la falta de caudal en esta fecha; sólo unas badinas poco profundas adornaban y ponían alegría en el entorno del barranco.
Justo tras cruzar el barranco viene uno de los rincones de mayor atractivo de la ruta, la poza del Salto de Cardito. Una badina redonda de aguas verdosas bajo un alto circo de roca por el que se descuelga una cascada. Este día no bajaba caudal por el salto, pero el volumen de agua contenido en la poza mitigó los calores del mediodía con un baño reparador. En primavera y fuera de temporadas de sequía, el paraje ha de ser un espectáculo acuático.
La senda permite un acceso cómodo al resalte superior del Salto, obteniendo una vista aérea de la badina y el bosque de pinar que la rodea. Tirase desde arriba a la poza sería un divertimento para los más osados.
El paraje el Salto es propicio para el almuerzo y la siesta, pero todavía falta un trecho largo para volver a Used. El camino está indicado con unas marcas de pintura del GR muy desgastadas, casi ni se distinguen en el tronco de los árboles o sobre las rocas del terreno. Por fortuna, el trazado es claro y no salen desvíos de importancia. Se abandona el curso del barranco de Cardito para avanzar junto a otro torrente, seco en este día, y con una dirección que puede inducir al error de pensar que vamos equivocados en el rumbo, pues se separa del valle y la carretera en busca de las estribaciones del Cerro de Coronaz. Pero calma, que no cunda el pánico, porque enseguida recupera la buena línea en dirección a Used. Eso sí, desde el Salto de Cardito hasta el claro giro al oeste, todo es una subida prolongada por la umbría del bosque.
El ascenso finaliza para dar paso a un terreno más abierto, con menos ratos de sombra al transcurrir por el fondo de un vallejo cubierto de matorral, el típico manto de erizón y bojes de esta parte del prepirineo. El GR-1 dibuja una larga recta de escasa pendiente que permite hacer distancia con rapidez.
El camino de Bara a Used resulta mas corto y breve por el GR-1 que el tomado a la ida subiendo al pueblo de Azpe, haciendo que la vuelta sea más llevadera en cuanto a desnivel y distancia. Sin embargo, una vez cruzado el barranco de Used, a la vista de las casas del pueblo, espera una última cuesta para rematar la jornada. Un espolón de roca con vista a la chopera que crece junto al torrente.
Desde la larga recta de entrada al pueblo, flanqueada por hileras de tapiales, es posible la subida entre matorrales de boj a la parte más elevada de Used, donde se ubica la iglesia de San Martín de origen románico pero en estado de ruina galopante. La torre y sus muros todavía aguantan de pie de manera milagrosa, aunque bajo la torre se halla el nicho vacío que guardaba los restos del párroco y según cuentan los ancianos del valle, el cadáver fue extraído en busca de objetos de valor y luego encontraron a un perro futbolista jugando con su cabeza. Truculencias para no dormir.
De la iglesia baja un sendero estrecho y embarrado a causa de una manguera, hasta el centro del pueblo. Ya sólo queda retornar al aparcamiento para volver a la civilización, y contar los días que faltan hasta la próxima escapada por las soledades de Guara.