Sima de la Higuera  

Municipio de Pliego, provincia de Murcia; una de las cavidades más bonitas y entretenidas que he visitado y con más de 5000 m de desarrollo la más grande de la comunidad.
Es necesario el permiso para poder entrar y estar federado desde febrero de 2011 más información en: Sima de la Higuera
Si falla el enlace: www.simadelahiguera.es para información sobre condiciones de visitas.


MATERIAL: Dos cuerdas de 50 m. semiestáticas. Equipo completo de verticales. Unos 15 mosquetones de seguro. Nosotros empleamos alguna chapa y cintas. Casco con iluminación eléctrica.
Se supone que los anclajes están ya todos puestos, así como una línea guía desde el fondo del pozo a la Sala de los Fantasmas.
Bañador y calzado para la galería inundada (opcional).

Durante el tiempo que viví en Jumilla, Murcia, la alta montaña y la nieve quedaban algo lejos, pero en el club local, el Hinneni, hay una sección de espeleología y pensé que tendrían mucho que enseñar, dado que los alrededores están bien surtidos de cavidades.
Una de las mejores cosas de la montaña es que es un terreno de juego muy completo, y desde el senderismo al salto base, ofrece mucho donde elegir.
Había entrado en cuevas desde chaval, pero nunca con cuerdas y después de un cursillo, que me pareció fácil por mi experiencia de escalador, nos pusimos a la faena de visitar agujeros. A la Sima de la Higuera he ido tres veces; la primera aprendiendo con un grupo de magníficos veteranos, para marcar y fotografiar la ruta a la sala de los Fantasmas; después con compañeros del club como uno más y por último como guía de un grupo del propio Hinneni. La tercera vez habían desaparecido los palitos reflectantes y las chapas de las reuniones ¿¿...??, tuve que tirar de nudos y cintas para los descuelgues y memoria para las galerías.

COMO LLEGAR
Desde Murcia hay autovía hasta Mula. De Mula a Pliego y después de un par de curvas cerradas de la calle-carretera, que sube por el casco urbano de Pliego, a la der. una calle pequeña con cartel de cementerio, se pasa rotonda casi recto, Av. Santiago Apóstol, que continúa por Virgen de los Remedios, que es la que sale del pueblo; a 200 m. meterse por la segunda pista de tierra a la izquierda y aparcar entre los primeros pinos. Lo mejor sería darle unos euros a un joven local que nos lleve a la entrada de la sima, que está a 1/2 hora.

Para conocer la ruta desde vuestra ubicación
guía

Para los audaces... la senda comienza en la misma esquina del bosquete, entre los campos de cultivo y los pinos (dirección ESE) a unos 100 m. llegamos a una franja ascendente despejada de árboles, donde se ve un pequeño bloque de demarcación. El camino sube por un lomo rocoso (SE) un tramo corto y como el alto del repecho está muy tupido, se busca zona más despejada a derecha; entramos entre árboles y llegamos a un llano del bosque. Un indicio de senda (E) baja y se define enseguida, la seguimos 100 m., cruza un cauce de agua que puede no llevar y a los pocos metros una flecha roja en la roca marca a la derecha monte arriba (S). Son 50 ó 60 m. de desnivel. Estamos fuera del bosque y si somos capaces de seguir la traza, se llega a la higuera (el árbol) en 30 minutos desde el coche.

DESCRIPCIÓN DE LA SIMA
Pertrechado de equipo y material, empecé a poner cuerda; bucles largos y nudos pequeños pegados a los anclajes, como faltaban chapas, donde pude dejé cintas y me salte seguros cuando era vertical; se tardaría más en salir por las esperas, pero había que bajar. Es un pozo, pero con varios tramos independientes, de 30 m, 10 m y 30 m. Alguna estrechez es lo más notable. Las raíces de la higuera eran empleadas por los jóvenes de Pliego para descender el primer tramo, el más amplio; luego hay una travesía casi horizontal para alcanzar el segundo pozo, donde empleaban una soga secuestrada y por último destrepaban la parte estrecha del tercer tramo. Cuento esto porque me parece que en todos los ámbitos, estamos a hombros de gigantes.

En la sala Reunión nos quitamos los equipos y comiendo un bocata la recorrimos mientras bajaban todos; es grande y la más alta de las que visitamos. Mirando de frente a la rampa por donde aparecen las cuerdas, un charco a la izq. marca el camino a seguir, lo pasamos y se entra por una galería que obliga a terminar rectando un paso. Entramos en una diaclasa y una pequeña sala, al final, por un paso estrecho y con los pies por delante, (como se agradece en esos casos la gestualidad de la escalada) se sale a una chimenea estrecha. Se progresa con subidas y bajadas (parece mentira lo que he mejorado en confianza dentro de las cuevas) hasta que parece que se ciega, al fondo nada, arriba nada, abajo... en un punto la pared de la izquierda no llega a tocar el suelo, ¡ahí está el paso!. Nos quitamos las bolsas y nos dejamos escurrir por la estrecha pendiente. La nueva sala está profusamente decorada, pero lo que más llama la atención es una poza de agua cristalina; al acercarse se descubre una galería inundada. En el punto más bajo el techo está a unos 60 cm sobre el agua, nos preparamos quitándonos la ropa; estirándose bien y con movimientos medidos, se puede pasar mojándose solo hasta las rodillas, también se puede nadar claro. En seis metros salimos del agua y en veinte desaparece y nos vestimos. Continué el primero por la galería y a los pocos metros me desvié por debajo de otra piedra a la derecha; el 5º y el 6º iban cerca, nos oían, pero con sus luces no vieron las nuestras y siguieron rectos, como la galería se cegó volvieron hasta el agua y fliparon claro, ¡habíamos desaparecido!. Cuando el 4º comentó que no venía el 5º, volví hasta el agua y me los encontré esperando; me miraron como si fuera un aparecido ¿¿¿...???, cosas de las cuevas.
Algunos pasos más de emplear las manos en descenso y accedimos a una sala con el techo lleno de patas de elefante o cúmulos y cada vez más estalagmitas sin concordancia en lo alto, es la sala Paraíso o de los Fantasmas. Tiene diferentes partes que recorrimos, las formaciones en alguna zona en forma de cúmulos del techo y sobre todo las estalagmitas, que parecen hechas a mano con pegotes de barro, no se parecen a nada y las he visto calificadas de peculiares a cualquier nivel. Llegamos a los - 98 m.

En la primera ocasión, con uno de los veteranos, continué algo más, pasamos una gran sala con enormes bloques de derrumbe, donde sentía aprensión de que aún quedara alguno por caer. Entramos por una especie de zanja, que pasó a ser galería y donde la continuación es un agujero ensanchado lo mínimo para poder entrar, el paso de Cuatro Caminos. Es una de las conexiones a la zona inferior que es de mayores proporciones; continuamos algo más, pero por ser laberíntica y disponer solo de una hora, mientras que los compañeros terminaran su trabajo fotográfico/profesional de la sala del Paraíso, no nos adentramos demasiado. De todas formas lo que más me gustó había quedado atrás.
Cuando fui de guía con un grupo, mis compañeros estaban más que satisfechos con llegar solo hasta la sala con los estupendos fantasmas. La variedad de pasos, el agua y los espeleotemas, habían colmado sus expectativas.

A pesar de las ocho horas que empleamos en ir y volver desde el coche, apenas visitamos la décima parte de la Sima de la Higuera.