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Vías Ferratas Ferrata del Cubilillo d´os Fils (la ferrata de Riglos) por Bucuesa -- 11/10/2016
Jornada: (Sin especificar) --
(2732 visitas)
  • Zonas: ,
  • Duración sin descansos: 04:30
  • Meteorología: Sol
  • Dificultad: Facil
  • Días: 1
  • Num. Personas: 3
  • Tipo: Vías Ferratas
  • Desnivel de subida: 750 metros
  • Desnivel de bajada: 750 metros
  • Distancia: 11000.0 metros
  • Agua: Agua en Riglos y en la Fuente de los Clérigos.
  • Grado de la vía ferrata: Fácil
  • Grado de exposición: M1
  • Tipo de roca: Conglomerado de pudingas
  • Tiempo de aproximación: 01:00
  • Equipamiento de la vía: Línea de vida, sirgas pasamanos, clavijas, alguna grapa nueva, un puente tibetano y una escalerilla todo en muy buen estado
  • Observaciones: Riglos, Circo Oeste, Mirador y Collado Ventuso, Circo Este, Depósitos Agua, Pinar del Soro, Ferrata Cubilillos os Fils, Mirador de los Buitres, Collado de la Peña de Don Justo y vuelta a Riglos. Se trata de dos actividades unidas una de senderismo muy fácil, corta y 400 metros de desnivel y una vía ferrata de larga aproximación y de muy corto recorrido muy escalonado y equipada con clavijas abundantes y línea de vida. La vuelta por el Collado de la Peña de Don Justo es un camino equipado con pasamanos, puente tibetano y escalerillas, entretenido e interesante. Se puede bajar por el sendero muy fácil desde el Collado de Santo Román.
  • Gps: Sin fichero GPS


Ferrata del Cubilillo d´os Fils (la ferrata de Riglos)  
Mapa de Riglos  procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Mapa de Riglos procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
FERRATA CUBILILLO OS FILS POR EL CAMINO DEL CIELO.


Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

A Riglos no acostumbramos a ir tan apenas pues no somos escaladores pero Toño de Riglos nos habla de la Ferrata y allí se queda aparcada para alguna ocasión en que no tengamos nada mejor que hacer pues tampoco somos ferrateros.
De manera impensada entra en programa y es 11 de Octubre de 2016 cuando nos vamos a conocerla.
Sabemos que es muy corta aunque la aproximación no lo es tanto y que presenta alternativas para su realización incluyendo una muy corta que consistiría en llegar con el coche hasta el Mirador de los Buitres y a partir de allí bajar para volver a subir por la Ferrata Cubilillo os Fils.
Son las ocho y cuarto de la mañana cuando aparcamos en Riglos, hay varios aparcamientos amplios junto a la carretera a la entrada del pueblo. También se puede ir al Centro de Interpretación de las Aves situado en las afueras del pueblo hacia el sudeste.
Nosotros queremos caminar un poco más que la ruta que incluye la ferrata y nos iremos a dar una vuelta por los Mallos: nos espera el Camino del Cielo, una vuelta circular corta alrededor de los Mallos Grandes de Riglos.
Se puede hacer en ambos sentidos pero nosotros elegimos el sentido de las Agujas del Reloj como procedimiento para un ascenso rápido y luego un descenso más tendido
Cruzamos el pueblo a 625 metros de altitud en busca de su parta alta del mismo donde arrancan las paredes de escalada a los Mallos Grandes. Pasamos por el sur del Mallo Pisón y nos vamos en suave descenso hacia la entrada del Circo Occidental entre éste y el Mallo Firé.
Hay una pista que llega a este punto y se introduce en el circo en dirección norte para convertirse poco más arriba en camino transitado y balizado con dos bandas azules que subimos vuelta a vuelta mientras contemplamos como se va iluminando paulatinamente la Este del Firé y el Circo de Verano que son las paredes situadas por detrás del Pisón.
Alcanzada la parte alta del circo contemplamos el Gállego a través del prodigioso ventanal de paredes verticales del mismo y buscamos el este por el que se asoma el sol recortando la silueta de un espléndido gallo de piedra en las inmediaciones del Collado Ventuso.
El terreno se arrellana, alcanzamos el collado situado a 1020 metros de altitud en una zona de viejos campos abandonados y avanzando unos metros al sur nos asomamos al Mirador Ventuso para contemplar desde una nueva perspectiva la parte trasera de los mallos y Peña Rueba luciendo al sol de la mañana.
Hemos subido en una hora y tras recuperar el camino mientras contemplamos el Refugio Roseta al que no iremos pues tiene aspecto de estar en estado semiruinoso, iniciamos el descenso en busca del Circo Este.
El descenso al sol de la mañana discurre en busca del Mallo Colorao que sirve de muga entre los Mallos Grandes y los Menores. Sigue muy transitado y en suave descenso acercándose a la Norte del Colorao mientras comprobamos que se puede acceder con relativa facilidad al Mallo de la Visera.
Vuela a vuelta y en suave descenso que nos descubrirá algo distante la Pared de Os Fils que es a donde nos dirigiremos, bajamos el circo hasta que nuestro camino confluye con la pista que en dirección este arranca del pueblo por la orilla derecha del Barranco Mota habiendo dejado el Mallo Colorao al este de nuestro descenso. Son las once de la mañana.
Estamos en la balsa artificial adjunta a los Depósitos de Agua de Riglos a 680 metros de altitud y tenemos en las inmediaciones la Ermita de Santa Cruz y el centro de interpretación pero no nos acercaremos sino que tomaremos la pista hacia el este que luego se ha de convertir en camino que conducirá al Collado de Santo Román.
Pasamos bajo los Mallos Menores que están dispersos en la ladera por encima de la pista, alcanzamos la Pared de los Buitres pintada al blanco palomín ya añejo y poco más adelante un cartel nos invita a abandonar la pista sobre los 700 metros de altitud y tomar un camino que enseguida atraviesa un barranco con agua que nos llama la atención a estas alturas y en esta temporada de sequía que llevamos, se introduce en el Pinar del Soro en dirección sur.
De nuevo el camino vuelve a subir mientras rodea por el Oeste la Pared del Mallo os Fils en cuya cara oeste de encuentra la Peña de Don Justo y la Peña del Tornillo que visualizamos mientras nos vamos aproximando a las paredes.
Un caminillo acartelado nos llevaría a la Fuente de los Clérigos en donde suponemos el origen de las aguas del barranco que hemos atravesado y enseguida otro cartel nos indica El Collado de la Peña de Don Justo que será por donde volveremos.
Luego, camino adelante, pasmos bajo un torreón vertical característico y cuando las paredes parecen terminarse y, desde un difuso collado, ya en fuerte ascenso, nos llegamos a la base de la pared en la que encontramos el inicio de la Ferrata Cubilillo os Fils.
Nos equipamos un poco y alrededor de las doce empezamos el ascenso.
La ferrata tiene clavijas a las que se le han añadido algunas grapas y cuenta con línea de vida en sus dos tramos de pared. Se trata de una vía completamente escalonada dividida en dos partes.
La parte inferior arranca con un pequeño resalte que se resuelve en un muro tras el que aparece un rellano cómodo. Una pequeña travesía a nuestra izquierda en ascenso nos sitúa bajo un corredor a cuya entrada se encuentra una encina adosada a la pared. La vía transita vertical el lado izquierdo del diedro y con sobrados apoyos permite un fácil remonte.
Una faja inclinada y cubierta de verdura espinosa de reducido porte que ascendemos un poco en diagonal nos conduce a la pared del Resalte Superior.
Se trata de un tramo de pared vertical de una treintena de metros con una repisa intermedia en el que hay algún punto que tira para afuera. Termina en un amplio escalón del que se sale con un paso corto y un poco más atlético donde termina la ferrata.
Una rampa de vegetación defendida por una alambrada de espino permite superar una decena de metros que nos depositan en el Mirador de los Buitres a 1030 metros de altitud Son las doce y veinte. Hemos subido en escasos veinte minutos que mi chica ha invertido más en pasar mosquetón que en ascender. Serán alrededor de 100 metros de ascenso que se pueden trepar sin más como lo hemos hecho Juan y yo, allá cada cual.
En el mirador que ya visitáramos hace unos años en una circular por la Foz de Escalete y desde el que bajamos a Riglos por el Collado de Santo Román y el Barranco de la Mota para remontar a La Peña, almorzamos y contemplamos la pared de los Buitres y las evoluciones de los mismos en el cielo próximo de los Fils, los Mallos Menores y Grandes, la Peña Rueba y al fondo oeste los Mallos de Agüero con la Peña Sola. También al sudeste las Ruinas del castillo de Marcuello que algún día visitaremos dando algún paseo por allí.
Pasada la una iniciamos el descenso buscando las marcas amarillas que no encontraremos. Hay, en el lado de las mirillas del mirador, una canal a la que se accede en travesía con una sirga instalada y que se continúa con una inclinadísima rampa herbosa que se sumerge en la vegetación siempre al norte de la ferrata y que parece transitable. La miramos pero la dejamos para mejor ocasión pues he marchado al norte y de llano por un camino transitado que se introduce en un espolón al norte del rellano del mirador donde comienza una transitada canal balizada con un par de hitos de postes de madera.
Antes de entrar a la canal nos asomamos a contemplar una imagen somital de la Peña de Don Justo al oeste de la entrada. De allí para abajo y en dirección norte una serie de toboganes terrosos e inclinados en medio de un espeso sotobosque, se tiran para abajo a destajo. Suerte que está muy transitado que si no nos lo pensábamos un poco más.
Bajados una cincuentena de metros la senda se arrellana e inicia el rodeo hacia el oeste a través de una inclinada terraza de verdura colgada en medio de la pared. La terraza se estrecha y se convierte en poco más que un caminillo defendido por una línea casi continua de arbolillos y arbustos de buen porte y aparecen las sirgas que a modo de pasamanos protegen el flanqueo de la pared.
Serán casi un centenar de metros terrosos y estrechos desde los que no se aprecia con demasiada nitidez la escandalosa verticalidad en la que se transita, los que nos depositan en el Collado de la Peña de Don Justo tras contemplar la majestuosidad de la Cara Norte de la peña del mismo nombre.
En la brecha que hace de collado hay un gran bloque aislado al que hay que llegar en descenso a través de un corto puente tibetano conformado por una cadena y una sirga pasamanos y otra cadena más corta que sirve para apoyar los pies en el descenso.
El descenso del bloque se hace por la parte opuesta al paso tibetano y hacia el sur, para alcanzar el inicio de una escalerilla metálica que permite el descenso de una decena de metros hasta alcanzar un terroso e inclinado caminillo que se baja con apoyos continuos en ramas de bojes y encinas solamente con el riesgo de arrearse algún resbalón con culetazo incluido. Con ello rodeamos la peña por el sur hasta que finalmente el camino se arrellana un poco, abandona la pared y metido en el espinoso bosque conecta con el camino que hemos traído a la subida. El descenso ha sido más entretenido que la ferrata.
Luego hay que desandar el Pinar del Soro cruzar el barranco y volver a la pista para coger y comer algunos higos de las abundantes higueras abandonadas en las viejas huertas de la zona y llegarnos a Riglos contemplando a los escaladores que evolucionan en las distintas vías de la Visera.
Son las dos y media de la tarde cuando llegamos al coche. Hoy hemos disfrutado de una variada y entretenida actividad en la que hemos movido un desnivel de 750 metros y que terminamos no sabiendo muy bien si se trata de una ascensión bien al Mirador Ventuso, al Mallo os Fils, un paseo senderista o una Vía ferrata. Al final aquí está y que cada cual elija.


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