Circular desde Sabiñánigo por Latás  
AVISO: La descripción está en obras. A ver si mañana la termino y no me pasa como con Canarellos, espero retomarla algún día...


Nota 1: Al ser una ruta circular, con salida y llegada en Sabiñánigo, tanto la distancia como el tiempo se refieren al recorrido completo, incluyendo los descansos.

Nota 2: Sobre la dificultad, decir que es una ruta fácil o muy fácil si se está acostumbrado a ir en bici, únicamente hay un paso bastante chungo en el que me las vi y me las deseé.

Introducción:
Me he decidido a hacer descripción a pesar de no tener fotos porque ha resultado ser una grata experiencia personal de la que me apetece dejar constancia, a pesar de las numerosas dificultades sobrevenidas a lo largo de la ruta. Hay que tener en cuenta que ha sido mi cuarta salida en bici. En la primera, cuando compré la bici hace dos años, me acerqué a la depuradora; y la segunda y la tercera sólo consistieron en unas vueltas por los alrededores de casa. Así que esta era la gran oportunidad para probarme...

Itinerario a seguir:
Al empezar la ruta no tenía ninguna idea fija, lo único que tenía claro era que quería conocer el Puente de las Pilas (Puén d'as Pilas). Fui decidiendo sobre la marcha. Este fue el itinerario realizado finalmente:
1-Sabiñánigo
1,5 N-330a, Antigua Cabañera a Aurín, cruzar N-330 y Camino de Santiago
2-Aurín
2,5 Camino de Santiago y GR-16
3-Puén d'as Pilas
3,5 GR-16
4-Latás pueblo
4,5 No encuentro el nombre de la carretera, N-330, Avda. Sardás, N-330a
5-Sabiñánigo

Preparativos:
Cogí la bicicleta tal cual estaba, me pareció que las ruedas estaban algo flojas de aire.
Llevaba a la espalda una mochila pequeña con chubasquero, camiseta manga larga, agua, aquarius, comida ligera, y el mapa, que a mi entender no coincide con la realidad y me despistó más de una vez. Yo iba equipada con guantes y gafas de sol, camiseta manga corta, mallas por debajo de la rodilla y zapatillas de trekking. (Hubiera sido mejor una foto ilustrativa)

Inicio de la ruta (13:30):
Lo primero era salir de Sabiñánigo, para lo cual me llegué hasta la rotonda de la gasolinera, ahora decorada con unas bicicletas trepadoras. Salí hacia Aurín por la cabañera, crucé la nacional (N-330) y enseguida llegué al pueblo de Aurín. Una vez allí, hay que tirarse por una calle que baja hacia la derecha, que va a parar al río Aurín. Una vez en el río deberemos cruzarlo, hay varias piedras dispuestas para ello y baja poca agua, yo crucé por las piedras y la bici por el agua. El camino,que es pista, de vez en cuando, está marcado como Camino de Santiago.

Desarrollo de la ruta:
La pista es ciclable al 100%, por lo menos en condiciones normales. Sin embargo, para mí no lo fue. Recordemos que el jueves tarde-noche llovió bastante. Aparte que cuando el terreno está más inclinado de lo que mis piernas pueden soportar, no me queda otra que subir andando con la bici a cuestas...

Mi primer obstáculo fue un gran charco embarrado cubriendo casi toda la anchura de la pista, quedaba una hilera seca a la izquierda, así que me encaminé hacia allí. Como no sabía cuánto cubría el charco (parecía bastante profundo) y no me apetecía embarrarme, me fui demasiado hacia la izquierda, subiéndome ya por la cuneta, lo que me hizo perder el equilibrio sin posibilidad de recuperarlo. Además, como llevaba el sillín bastante alto (prescripción médica) apenas podía tocar el suelo con los pies, así que ya os imagináis... acabé en el charco...

Por lo menos me dio tiempo para medio prepararme para la irremediable caída, solté el manillar y caí con las manos en el charco, sin embargo la rodilla derecha también se llevó un buen golpe.
Saqué la bici del agua y me dispuse a valorar daños: la bici estaba bien, y yo, pues me dolía bastante la rodilla, así que me levanté el pantalón y vi que había herida. La limpié con agua y con suero fisiológico (lo único que llevaba), me quité los guantes empapados y me descalcé un pie. Hacía aire y sol, con lo que la camiseta se me secó enseguida. Colgué los guantes y el calcetín del manillar, milagrosamente la zapatilla estaba bastante seca, así que me la puse directamente, en este momento me acordé de Igertu y sus principios de congelaciones.

Como acababa de empezar lo bueno, justo estaba saliendo de la civilización, no me apetecía volver tan pronto a ella, así que me volví a a subir a la bici, quería llegar a ver el Puente de las Pilas, puente colgante que permite cruzar el río Gállego en dirección a Lárrede.

Los charcos eran abundantes, alguno medía más de veinte metros, y visto lo visto, decidí cruzarlos andando por la orilla. Era un poco rollo porque tenía la sensación de ir más andando que en bici, pero bueno, como no hay mal que por bien no venga, aproveché para ir comiendo moras, qué buenas que estaban...

Tenía el Gállego a la derecha, y al otro lado del río, ya se empezaban a ver los campos de golf. Había gente jugando. De pronto un letrero a la derecha indicando un PR, en mi mapa no figura. Si alguien sabe a dónde va, agradecería cualquier información. ¿Podría ser a Javierre del Obispo por el barranco de Tramafoz?

Sigo la pista principal, haciendo caso omiso a distintas pistas que nacen o se cruzan con ella, de esta manera me mantengo en el Camino de Santiago hasta que llego a las proximidades de Senegüé. En uno de estos cruces de caminos, hay carteles, a la izquierda Senegüé, a la derecha Lárrede por el GR-16 y por donde venía (Camino de Santiago), hacia Aurín y Sabiñánigo.
Miro el mapa a ver dónde estoy y aún me lío más. Según el mapa, el GR-16 empieza pasado el puente, y sin embargo yo ya estoy en él y no he cruzado ningún puente. Me da por pensar que no voy a pasar por el puente, que está más hacia Senegüé, y como yo ya había decidido ir hasta Lárrrrede y una vez allí volver por la carretera (no me apetecía volver a pasar por todos los charcos, arañándome con las zarzas y demás...), pues ya no iba a ver el puente, menudo chasco. No caí en que los puentes sirven para cruzar ríos, y el Gállego aún estaba por cruzar...

Poco después llego a otro cruce de caminos, este sin señalizar, bueno, mentira, marcaba que el GR se acababa si seguías el ramal de la derecha, hacia un refugio de pescadores que tampoco viene señalado en el mapa. Así que seguí por lo que se suponía seguía siendo el GR. En una curva me veo dos coches aparcados, y al salir de la curva, ¡zas!, o Puén d'as Pilas y la marca del GR.

Esta vista del puente, impresiona, y mucho, tanto que pensé... pero... ¿por aquí se puede pasar? ¿esto es seguro? El caso es que eché la bici al suelo y me dispuse a investigar, primero colocando un pie sobre el puente, luego ya los dos, andé un poquito...parecía que aguantaba bien, se veía correr el agua por debajo de las maderas rotas, había también maderas nuevas, pero...yo diría que estaban ancladas sobre las viejas... enfin, los ingenieros sabrán... pensé.

Hice alguna foto con el móvil de tan curioso puente, si algún día la consigo pasar a un ordenador ya la añadiré, de momento habrá que esperar, y me temo que bastante.

Ya al otro lado del río hay algunas casas tipo chalet con perros guardianes y la pista, antes de tierra, empieza a estar asfaltada. Se ve el pueblo de Lárrede ahí mismo, tras una ligera subida; pero sin embargo, decido tirar por una pista de tierra en sentido descendente, marcada como el GR-16 que llega a Latás. De esta manera sigo haciendo una circular y me evito un buen tramo de carretera; además, el saber que voy por pista me aporta cierta seguridad (ilusa de mí).

Es el momento de parar a comer, calculo que estaría una media hora larga reponiendo fuerzas. Me pongo el calcetín que ya está seco y reemprendo la marcha. A medida que voy avanzando, la pista cada vez se hace más estrecha, y no sólo eso, sino que además se va empinando (hay que subir 100 m de desnivel hasta llegar a Latás). Entro en un bosque con abundante vegetación, no parece que haya pasado mucha gente por este sendero pues me voy enredando con las ramas; tengo la extraña sensación de ser la protagonista de una película vista recientemente -el laberinto del fauno-, me acechan toda clase de bichos, voy llena de barro y además acabo viendo al hada, se me representa en forma de libélula, al igual que en la peli, guiándome por el sendero.

El sendero es bastante estrecho, a veces con caída a la derecha, por lo que en muchos tramos llevo la bici andando. He perdido de vista al hada y me encuentro sola ante el peligro, me toca atravesar una zona de margas, las zapatillas en este terreno no agarran nada, el terreno está inclinado y hay unos metros de caída a una especie de barranquera a la derecha, el sendero desaparece en estos dos o tres metros de paso complicado. Tampoco hay vegetación a la que agarrarse. Y encima el armatoste de la bici...

Empiezo a pasar y casi me caigo, retrocedo. Recuerdo que no le he comentado a nadie a dónde me iba, se me pasa de todo por la cabeza. Recurro a mi sangre fría y lo intento de nuevo, tumbo la bici clavándola en la pendiente del suelo, me agarro a ella para poder pasar, no me da excesiva seguridad, si se cae la bici, yo voy detrás...pero es que no veo otra solución, parece que aguanta...hay que saber hacia dónde ejercer la fuerza...
Consigo llegar al otro lado del sendero, me relajo un poco y vuelvo a por la bici. Vuelve a haber algún momento crítico pero se supera.
Al no conocer el sendero, me entra la neura de que pueda haber más pasos difíciles, afortunadamente no es así.

Llego a un cruce con un PR, el que lleva a Javierre del Obispo por el barranco de Tramafoz. Se me pasa por la cabeza volver a cambiar la ruta e ir a Javierre, pero finalmente decido seguir por el GR-16 hacia Latás. Justo en este punto me despisto, veo una estaca con las marcas del GR entre la maleza pero ya no se ven más. Me voy por la izquierda, a ver si desde ahí puedo acceder al supuesto sendero lleno de zarzas, veo un hueco y me cuelo pero nada, el camino se vuelve a cegar. Ahora pruebo por la derecha, es un campo de labor en el que se aprecia una senda pisada. Me desespero pues no sé si eso es el GR, decido coger la bicicleta y probar suerte por ahí. Desemboca en una pista, al poco hay que cruzar un riachuelo, intuyo que es el barranco de Tramafoz, sin complicaciones pues apenas baja agua. Sigo por la pista hasta llegar a otra pista más uniforme. Cómo no, me surge otro dilema, ya que sigue sin haber marcas o indicaciones. El trazado no coincide con lo que tengo en el mapa, así que me guío por el sentido de la orientación, Latás estará a la izquierda, hacia el sur, siguiendo la misma dirección que llevaba antes. Salgo a una zona abierta y veo un pastor y sus ovejas. Un poco más allá ya se distinguen los campos de golf y la megaurbanización aún sin terminar. Esto significa que voy bien, así que ya no pregunto. Me queda subir hasta el pueblo, así que china chana en bici o andando me voy acercando. Ya en el pueblo de Latás me cruzo con las primeras personas.
Me encamino por la carretera y enseguida atravieso una rotonda que da acceso al campo de golf y las urbanizaciones. Enseguida empieza la bajada y me dejo llevar por la pendiente, ya no pedaleo. LLego al cruce con la general, la N-330, me toca recorrer unos 500m o menos que se me hacen eternos. Pienso en los ciclistas que adelanto por la carretera, qué valor que tienen. Cuando llego a la entrada a Sabiñánigo respiro más tranquila. En menos de un cuarto de hora estaré en casa.

Final de la ruta (19:00):
Callejeo hasta volver al punto de inicio.