Cascadas de hielo en el Circo de Gredos  
CASCADAS DE HIELO EN EL CIRCO DE GREDOS.

Cuando llega el invierno y las bajas temperaturas, en la montaña aparece uno de los factores más característicos, la nieve, que le da ese aspecto tan atractivo a las cotas altas. Normalmente el frío llega antes que las nevadas y una consecuencia espectacular es el hielo, sobre todo si lo vemos en las fuentes de nuestras ciudades. En las sierras esto es lo normal.
El agua tiene la particularidad de que es facil verla en los tres estados. Una peculiaridad sorprendente es que al enfriarse se dilata; así mismo, la molécula de agua, formada por el triángulo H2O, al enfriarse se agrupa en hexagonos, con los átomos de oxígeno haciendo tetraedros, lo que les confiere un alto poder de cohesión y facilita la formación de estructuras verticales.
Con la primera consecuencia, la dilatación, se puede producir un fenómeno sorprendente: el que la Laguna de Gredos ¡CANTE!. Allá por el 23/11/84, cuando trabajaba como guarda en el refugio Elola; una fría mañana junto a la laguna, me sorprendió una aguda nota musical que se produjo de pronto. Estaba solo en el Circo y serian la diez de la mañana, lo volví a escuchar, pero en otro tono y más prolongada, me paré sorprendido mirando la laguna, mejor dicho escuchando y sucedio más veces, ¡¡la laguna estaba cantando!!. El intenso frío hacía que el hielo que cubría su superficie, al dilatarse, se subiera por las piedras de la orilla, produciendose diminutas fisuras en la lámina helada con espectacular sonoridad.
La otra consecuencia, el poder de cohesión, empezaba a engendrar las cascadas formadas por el hielo de fusión. Por supuesto el hielo puede llegar a serlo por diferentes caminos, si se apelmaza la nieve, puede dar origen al glaciar; si se acumula por las ventiscas o el rocío sobre las piedras, las cubre de escarcha, en ocasiones con gruesas mantas; o habiendo pasado por el estado líquido, dará lugar al verglás, capa fina, pero que cuando hay suficiente aportación de agua, llegan a ser las cascadas de hielo.

El Circo de Gredos tiene unas condiciones particulares, rodeado de paredes, con alturas entre 2000 y 2600 metros, con una estrecha salida y orientado al norte. El estar cerrado a las corrientes de aire y la gran inclinación de sus laderas, facilita el que la nieve se caiga, pero que el hielo aflore agarrado a las paredes. Cuando las condiciones son favorables los chapotes y las cascadas, tapizan las paredes del Circo desde la Norte del Almanzor a los Fantasmas en el desagüe del Gargantón.

COMO LLEGAR: Puesto que el Circo de Gredos está en la provincia de Ávila, partamos de la capital. Salimos por la N-110, carretera de Plasencia y a unos 10 km. está el desvío de Arenas de San Pedro, es la N-502, que nos llevará a cruzar el Puerto de Menga. Entre este puerto y el del Pico discurre el río Alberche, aguas arriba y tomando la C-500 (carretera del Parador Nacional) llegaremos a Hoyos del Espino, pero como el cruce está antes, hay que estar atentos cuando pasemos el pueblo de Barajas, el siguiento cruce a la izq. es el nuestro. Está marcado Plataforma de Gredos y con la estatua de una cabra; es la AV-931, son los últimos 12 km. asfaltados y donde cruzaremos otro famoso río, el Tormes.
El aparcamiento está a 1800 m., allí mismo parte el camino que tras cruzar el Prado de las Pozas y superar los Barrerones a 2200m. entra en el Circo de Gredos con una vista espectacular y baja al refugio de la Laguna a 2000 m., son algo más de dos horas.

ESCALADA EN HIELO: El Circo de Gredos es un sitio ideal para tomar contacto con esta actividad, en los alrededores de la Laguna Grande podemos ir encontrando pequeños resaltes y a medida que ganemos en confianza, afrontar objetivos mayores. En los años 80 se ascendieron casi todas las cascadas importantes y tube la oportunidad de hacer algunas primeras. De todas formas en las visitas invernales iniciales a este lugar, me conformé con los corredores y no fué hasta que empecé a trabajar como guarda que me aficioné a las cascadas, por supuesto tenía la experiencia de haber escalado la Sur del Chacraraju en los Andes, por lo que todo me parecía posible o casi. Un día de 1985 despues de escalar el Escudo y salir por la Cascada del Último Tercio (con un tramo de 10 m. a 90º muy arriba), a la bajada me metí solo en la Cascada que no Casca y como bajando me encontré con unos conocidos, lideré la Zenith antes de ir a comer.
Junto con Miguel Angel, el guarda jefe, hicimos la 1ª invernal de los Techos Amarillos (cuatro techos seguidos), curiosa situación la de ponerse los crampones cuando colgábamos de los estribos, que a su vez lo hacían de un clavo; para luego salir del último techo a la vertical, usando los estribos sujetos a los piolets y un par de pasos hasta poder alcanzar el hielo con los crampones; fue el 31/12/84.
Tambien abrimos la Aurora Boreal, cuatro largos de escalada en hielo en el Cuchillar de las Navajas, donde pasamos agarrando con las manos y acariciandola con los crampones, una fina columna que unía dos tramos de la ruta; ya no le dimos importancia a un extraplomo en hielo para entrar a un tramo de chupones colgantes. Cuando las condiciones son buenas se pueden escalar cascadas a diestro y siniestro. En una misma semana de marzo de 1985 abrimos la Norte Directa del Casquerazo Inferior, la Aurora Boreal y la FX Rabat a la Hoyuela Inferior.
Antes de las nevadas las cascadas pueden ser más largas, pero cuando reciben el aporte níveo, engrosan considerablemente. Ya a mediados de diciembre se puede encontrar hielo en las paredes (un 6/12/86 pasamos andando sobre la Laguna) y en el libro del refugio hay entradas de principios de mayo donde se indica la caida generalidaza de cascadas. Los mejores meses por tanto son enero, febrero y marzo; pasadas estas fechas puede suceder que una cascada que parece estar bien, en lugar de derretirse, se venga abajo de golpe. Recuerdo una preciosa columna en la Canal de las Hoyuelas, que no nos habíamos atrevido a pinchar, por tener la parte de donde colgaba mucho más fina que el resto, se vino abajo en trozos como lavadoras, no pillaron a un montañero por centímetros; el pobre se quedó petrificado mientras los bloques le pasaron rozando. Las columnas son las formaciones más traicioneras, otra peculiaridad es que un descenso brusco de temperatura, produzca un sobre esfuerzo que puede fisurar la columna justo por debajo de donde se une a la roca y quedarse allí en equilibrio sobre su base. Si el frío es constante los cristales de hielo digamos que son pequeños, pero si el descenso es repentino, los cristales son más grandes dando lugar a una posible linea de fractura. Cuando vives cerca de las cascadas y tienes datos a diario de los posibles cambios, es mucho más segura su escalada.
Para terminar solo quiero decir que hay muchas posibilidades pegadas a la roca antes de meterse con las columnas.