Barranco de Unarre  
Siendo guía de barrancos en Esterri d´Aneu, decidimos reconocer un par de vaguadas que podíamos ver desde nuestro campamento, era allá por el 1996. Así hicimos tal vez los primeros descensos de los barrancos de Burgo y Llavorre. El primero no nos mereció la pena, solo había algún pequeño destrepe. En el de Llavorre montamos un par de rápeles pequeños y lo empleamos para los chavales durante un par de temporadas, pero pudiendolos llevar al Berrós, también cayó en el olvido.
Lo que años después nos dejó a cuadros fue que los bomberos de Esterri abrieron el barranco de Unarre. Pero como, ¿un barranco en el río Unarre?. Para ir al Mont-roig, a los otros barrancos y excursiones varias, habíamos pasado durante años junto a ese río, sin ocurrirsenos el parar a inspeccionarlo, alguna excursión aguas arriba incluso va junto al cauce. Pero cuando vas conduciendo por la carretera de montaña, apenas te de tiempo para reconocer un valle con plantaciones en sus laderas y un bosque de galería. Lo que no se aprecia es que entre los árboles, el río profundiza formando un tajo que pasa totalmente inadvertido. De tres posibles barrancos, fuimos a dos y nos dejamos el mejor.

COMO LLEGAR: El río Unarre está en el Pallars Sobirá, la comarca de Lleida. Desde el sur iremos siguiendo el Noguera Pallaresa hacia su nacimiento, se pasa por Sort o Llavorsí y en Esterri d´Aneu está el desvío. Hay que cruzar el gran río para ir a varios pueblos, pero nada más hacerlo, inmediatamente está la carretera que solo lleva a Escalarre. El cauce que cruzaremos justo antes del pueblo es el Unarre, buen momento para medir el caudal, si apenas se ven piedras del lecho, la cosa estará interesante. La mitad de los días la presa se abre para el riego y entonces el río baja más cañero. Pero aunque se vean muchas piedras es el río para descenso deportivo que más caudal lleva en los alrededores. Hay que dejar el coche en algún lugar del pueblo. Entrando por una de las calles se sale al camino, lo seguiremos entre algunos muros de piedra, tal vez haya que saltar un árbol caído, pero nos mantendremos en él hasta ver una salida a la izq. marcada con un bloque que da una sensación de entrada.

EL DESCENSO: A tener en cuenta que la roca escurre bastante y hay buenos bloques sumergidos, por lo que no hay que despistarse al caminar. El agua baja del embalse de la Gola que está a 2000 m. y por lo tanto fresca, las numerosas pozas y la espera para el 2º rápel, hacen imprescindible el neopreno. Importante el saber nadar, de la poza con el salto más alto y con caudal fuerte, he tenido que salir agarrándome en plan escalada por las presas de la orilla, pero metido en el río y con fuerte corriente contraria o rebufo, hacer una cadena de dos, para alcanzar a alguien que no nadaba lo suficiente.
Hay varios saltos limpios de entre dos y cuatro metros, pero no todos lo son, aunque pueda parecer lo contrario, por lo que es mejor que el primero baje tanteando y marque los saltos. También encontraremos dos cordinos para descuelgues y tres pasamanos para llegar a los rápeles, lo que indica que no es un barranco para principiantes. De los rápeles habló en las fotos.

La salida tiene tres posibilidades, 1ª- seguir el cauce hasta la carretera aunque puede ser lento. 2ª- salirse por la izq. pero entramos en finca privada y es mejor no molestar a los paisanos y 3ª- salirse por la der. después de atajar un meandro, a una praderita que se termina y nos obliga a seguir por una senda muy poco marcada, cruzando una ladera que en un tramo corto tiene una posible caída de unos 10 m. Es la que yo empleo, pero porque me la conozco, si solo vais a pasar por allí una vez, mejor aguantar en el cauce.