Peña de la Cruz  (2190 metros)
ASCENSIÓN A LA PEÑA DE LA CRUZ (MAMPODRE) DESDE MARAÑA.

¿DÓNDE ESTAMOS?: El Macizo del Mampodre es un núcleo montañoso que se eleva entre los altos valles del Porma y el Esla, en la Montaña Leonesa Oriental. Se trata de un macizo de poca extensión, que se levanta bruscamente sobre los valles circundantes y se encuentra coronado por un vistoso conjunto de peñas calizas, de las que la de la Cruz es la más alta. Este aislamiento orográfico y su situación destacada al sur del eje de la Cordillera Cantábrica convierten sus cumbres en estupendos miradores sobre el sector de cadena que va del Alto Carrión a Casomera.
En su escaso territorio, se combinan el prado en las partes bajas y la roca en la superior, no encontrándose apenas arbolado, al menos en masas de consideración. Dentro de la fauna mayor, destaca algún pequeño grupo de rebecos que pueden encontrarse en las altas cabeceras de los barrancos que entran hacia el corazón del macizo.

ITINERARIO: Maraña - Riega de Mampodre - Collado de Valverde - Peña del Mediodía - Peña de la Cruz - Collado de Valverde - Regato de Valverde - Maraña.

Desnivel: 1.050 metros.
Tiempo: 5 horas en total, sin contar paradas.
Dificultad: Muy Fácil. Tramo de arista aéreo pero que se pasa andando. Con nieve, pendientes de hasta 30º en la subida al Collado de Valverde.

COMENTARIOS: Muy bonito itinerario montañero, bastante variado. Sin presentar dificultad, es muy entretenido y las pendientes lo hacen exigente. Combina una subida bastante agreste con una bajada mucho más calmada y suave. Con nieve en las pendientes superiores, más que recomendable.
Si se quiere hacer la subida lo más cómoda y fácil, pese a alargar un poco el tiempo, lo suyo sería subir y bajar por el Regato de Valverde.

DETALLES: Salí de la aldea de Maraña por un camino carretero que, tras cruzar el río, se dirige al sureste para rodear una loma y entrar en la cuenca de la Riega de Mampodre. El camino va girando con el barranco hasta tomar dirección suroeste y emprende una suave subida hacia la cabecera del mismo. Ya desde la carretera, yendo a Maraña, me había fijado en las peñas calizas que brotan de los prados para coronar este bonito macizo pero la vista del circo de cumbres desde aquí es impresionante. La subida es suave y, al poco, llegué a un rellano amplio y cubierto de hierba. Siguiendo entonces el cauce de la riega, rodeé una balsa de agua y llegué a un resalte rocoso que me cerraba el paso hacia los neveros de las pendientes superiores.
Para superar esa barrera, me dirigí a la izquierda (SE) por lo alto de una especie de lomo de hierba que se proyecta desde ese extremo del resalte. En el entronque, una oportuna cornisa inclinada permite superar lo que queda del obstáculo para salir a la base de una ladera de moderada pendiente que ese día estaba cubierta de nieve. Estaba en la base de la peña del Convento y dos collados se abrían arriba; me dirigí al de la derecha, que se abre entre el Valcerrao y la Peña del Mediodía. Para alcanzarlo, atravesé en diagonal el gran nevero, que no me planteó más problemas que sus casi 500 metros de desnivel ?a pulmón? y algún tramo helado al principio, en una zona que todavía estaba en sombra.
Una vez en el Collado de Valverde, giré a la derecha (N) para subir por una cresta herbosa, libre de nieve, de mediana pendiente y más bien estrecha, a la Peña del Mediodía. Tras superar su breve cumbre y bajar al collado inmediato por terreno similar, emprendí la subida a la Peña de la Cruz, éste rocosa, empinada y con algún paso aéreo en los últimos metros pero que se supera con más decisión que técnica. Las vistas desde la cima de este aislado macizo son espectaculares; de este a oeste pasando por el norte, la Montaña Palentina, los omnipresentes Picos de Europa, la masiva Peña Ten, el agujón rocoso del Torres y los cordales entrecruzados de Faro, Ajo, Sentiles, etc?. Y aparte de eso, un montón de montañas más modestas. Localmente, se encuentra a mis pies el circo de paredes verticales que forman las peñas del Mediodía y la Cruz, coronado de agujas vertiginosas.
Para bajar, comencé por volver al Collado del Valverde, soslayando esta vez la cumbre de la Peña del mediodía, merced a un senderillo que corta la pendiente pradera de su vertiente sur; de hecho, no llegué a tocar la horcada pues, antes de llegar a la misma, el sendero gira a la derecha (SO) para meterse en rápida bajada en el Regato de Valverde. Se trata de un barranco herboso y amplio, de pendiente suave, y el sendero transcurre por su fondo. Siguiéndolo, fui bajando y girando con él, pasando de la original dirección noroeste a nordeste, momento en que además el barranco sale de entre las crestas calizas y se abre, transformándose en un arroyo que atraviesa una ladera abierta de hierba. Al momento, el Regato de Valverde desemboca en el Río Maraña y mi senda hace lo propio en una pista que, tomada a la derecha (E) me conduciría enseguida de vuelta a la aldea.
En resumen, una ascensión bonita y entretenida por una montaña poco visitada por su relativo apartamiento pero que es una de las más bellas de la Cordillera Cantábrica, combinándose como en ningún otro sitio el verdor de la hierba con el blanco de la nieve y los variados colores de la caliza.