Montcalm  (3077 metros)
Pedro Mendive
Carlos Sabando

Con motivo de nuestras vacaciones forzosas por San Fermín nos dirigimos al Parque Natural del Alto Pirineo, desconocido para Pedro y donde yo estuve hace unos años recorriendo sus tresmiles principales pero a falta de los secundarios.

La tarde del 4 de julio llegamos al aparcamiento al final de la larga pista de Areu y mientras cargamos los mochilones con tiendas, sacos y demás empieza a llover, mal empieza la cosa. Esperamos un poco y aún goteando iniciamos la marcha por la pista antes de las seis.

Navegación por la cartografía del ICC:


Nos pasamos de largo el desvío hacia Vallferrara pero gracias a ello contemplamos el precioso paraje del Pla de Boet. Volviendo dos minutos sobre nuestros pasos tomamos ya el desvío y tras cruzar el río en diez minutos pasmos por el refugio. Toca ahora remontar una dura cuesta hasta salir del bosque en el momento en que el camino gira hacia nuestra izquierda para flanquear durante mucho rato hasta introducirse en el barranco de Sotllo que ya no abandonaremos.

En la entrada al barranco toca perder bastante altura que nos hace pensar en lo duro que será remontarla mañana igual de cargados y mucho más fatigados. El camino cruza el río por una perfecta pasarela de madera y cómodamente va recorriendo el precioso paraje siempre cerca del cauce.

Remontando el valle sin mojarnos pese a las amenazadoras nubes alcanzamos el Estany de Sotllo en unas dos horas, donde un cartel avisa de la prohibición de acampar pero hay un buen campamento formado en su orilla. Nosotros continuamos hacia el lago superior por el camino que cambia de vertiente. Lo alcanzamos en algo más de media hora más pasadas las ocho y cuarto. El cielo sigue cubierto pero nos permite montar la tienda sin mojarnos en un estupendo vivac de piedras.

Preparamos la cena y ponemos el despertador a las cinco de la mañana, pero cuando suena llueve mucho, así que lo posponemos una hora. A las seis parece que ha parado, desayunamos y vuelve a empezar a llover, decidimos dormir algo más. No para hasta las ocho y media, cuando ya dábamos la salida por perdida. Con las dudas sobre cómo encontraremos la roca decidimos mantener el plan original de la travesía integral de los tresmiles del macizo.

Mientras nos preparamos salen los ocupantes de la única tienda que tenemos cerca y reconocemos al especialista de las salidas en solitario Javier Mascarell y su novia que ya ascendieron ayer, con lo que se van para abajo.

Pasadas las 9 y cuarto, más de 3 horas más tarde de nuestra idea original, iniciamos la remontada por la ladera que nos conducirá hacia la Conca Gelada, el cielo está del todo cubierto y amenazador. Hay algunos hitos pero además no hay mucha pérdida. Evitamos un nevero por la izquierda y cuando la dura pendiente que traemos se reduce drásticamente comienza esta cuenca con un pequeño ibón en su cabecera. El fondo de la Conc Gelada está completamente cubierto por un nevero, así que decidimos que lo más rápido será progresar por su fondo con los crampones. Así lo hacemos y tras un buen rato la cuenca gira y se cierra, teniendo que remontar una dura pendiente de nieve para salir de ella. Ya sin crampones alcanzamos un collado y tras unas dudas salimos al siguiente collado que queda a nuestra izquierda, ya sobre el Estanyol Occidental de Canalbona, que ni vemos entre la niebla.

Flanqueamos hacia nuestra derecha hasta el collet Franc de Riufred donde llegamos a ver por un momento el lago a nuestros pies. Continuamos el ascenso por la amplia y pedregosa ladera sur del primer tresmil de la jornada, el Rodó de Canalbona, al que llegaremos sin más complicación sobre las once de la mañana sin poder disfrutar para nada de las vistas.

Desde la cima del Rodó de Canalbona iniciamos el descenso por su arista Norte sin ninguna complicación. Alcanzamos así el collado que separa este pico de nuestro siguiente objetivo, la Punta Gabarró.

Desde el collado la arista sur de la Punta Gabarró se yergue lo suficiente como para que el camino la evite por nuestra izquierda (vertiente Oeste) y tras un flanqueo comience a remontar la dura pendiente bastante larga hasta alcanzar de nuevo la arista Sur, no lejos de una primera antecima.

Alcanzada esta antecima se pierden unos escasos metros para pasar a la inmediata cima de la Punta Gabarró, coronada por un vértice geodésico y a la que llegamos sin usar todavía las manos.

Son poco más de las once y veinte, con lo cual hemos tardado menos de veinticinco minutos desde el Rodó de Canalbona. Metidos en la niebla seguimos sin ver ni siquiera la cercana Pica d?Estats, a pesar de que oímos perfectamente a la gente que suponemos debe estar en su cima.

Antes de afrontar la parte más comprometida de la jornada hacemos una parada en la cima de la Punta Gabarró para comer algo. Tras ello iniciamos el descenso hacia el collado que nos separa de la Pica d?Estats. Pedro decide perder algo de altura por la vertiente Oeste desde la misma cima de la Punta Gabarró y yo continuo por el filo de la arista para ir calentando para lo que venga después.

Nos juntamos de nuevo en el collado, al que llego usando las manos (I) pero una piedra que tiro con la derecha me cae en la uña del pulgar de la izquierda y me deja el dedo tonto para unos días.

Iniciamos la parte interesante de la cresta. De entrada los hitos se desvían hacia la izquierda del filo (Oeste) y enseguida se pasa una pequeña chimenea estrecha pero fácil (II). Continuamos por este flanco y cuando se retorna al filo hay otro paso un pelín complejo (II+).

Ahora la vía se mete en la vertiente contraria (Este) para afrontar un diedro de 3 metros que es el paso más estético de la cresta. Desde abajo impone algo, pero la roca es buena y las presas del todo fiables (II+). Por fortuna el viento ha secado la roca lo suficiente.

Tras este punto se continúa a pleno filo por terreno algo aéreo hasta topar con un pequeño resalte en el que dudamos de superarlo por la derecha o la izquierda. El lado izquierdo es más sencillo y corto, pero obliga a traspasar después dos metros muy aéreos.

Tras este paso se acaban las dificultades y llegamos andando a la cima de la Pica d?Estats, donde ya coincidimos con montañeros que han ascendido por la vía normal o por la cresta del collado de Sotllo al Pic Verdaguer. Son poco más de las doce del mediodía y nos ha costado menos de veinticinco minutos desde la Punta Gabarró.

Tras las fotos de rigor en la Pica d?Estats el trayecto hasta el Pic Verdaguer tiene poca historia. Se trata de seguir el camino (ahora con innumerables marcas de GR) primero en descenso hasta el cercano collado, donde abandonamos las mochilas. Después continuamos caminando hasta la cercana cima del Pic Verdaguer.

Son las doce y veinticinco y aquí acaba el recorrido por la cresta que hemos seguido desde el collet Franc de Riufred, a los pies del Rodó de Canalbona. Ahora nos restan dos picos satélites del macizo, el Montcalm y el Sotllo. Por lo menos aquí tenemos visibilidad hacia el siguiente y lejano objetivo, el Montcalm.

Desde el Pic Verdaguer desandamos el camino hasta el collado entre éste y la Pica d?Estats para recoger allí las mochilas y descender por la vía normal de ésta hasta el Coll de Riufred.

Nos extraña, pero todo está balizado con marcas de GR. Desde el collado continúa un buen camino hasta la plana y enorme cima del Montcalm, a la que llegamos en 35 minutos desde el Pic Verdaguer a la una de la tarde.

Desde aquí entre las nubes tenemos una panorámica completa del cordal recorrido desde el Rodó de Canalbona hasta el Pic Verdaguer.

Sin detenernos demasiado en la cima del Montcalm iniciamos el descenso por el camino de subida hacia el coll de Riufred, pero sin llegar a alcanzarlo tomamos un atajo hacia el vallecito nevado por el que discurre la vía normal de la Pica d?Estats.

Dudamos en si calzarnos los crampones y optamos por no hacerlo dado que a esta hora la nieve no está dura y la huella lógicamente es profunda. Descendemos por esta especie de vallecito que rodea por el Norte el macizo de la Pica d?Estats enlazando los collados de Riufred y de Sotllo.

Cuando toca dejar de perder altura e iniciar la remontada hacia el Port de Sotllo se abandona el fondo de la valleta y pasamos a flanquear los neveros por la huella, pero en este punto los crampones serían recomendables pues hay bastante pendiente en algunos puntos.

Finalmente salimos de la nieve aún por debajo del Port de Sotllo, hacia donde se dirige el camino que abandonamos para salir hacia nuestra derecha directamente hacia el Pic de Sotllo. Remontamos una monótona ladera del todo descompuesta evitando un gran nevero por la derecha.

No encontramos mucho rastro de sendero pero la dirección es evidente dado que en todo momento la cima está en frente. Tras la ardua pedrera llegamos a una especie de canaleta rocosa por la que empleando las manos salimos a la cresta a unos metros de la cumbre del sexto y último tresmil de la jornada, el Pic de Sotllo. Todavía no son las dos y media y casi nos ha costado hora y media desde el Montcalm.

Aquí decidimos parar a comer algo, cosa que no hemos hecho desde la Punta Gabarró, pero no podemos acabar porque se nos echa encima la tormenta y empiezan los truenos demasiado cercanos. Intentamos descender rápidamente hacia el Port de Sotllo por el recorrido de subida, pero a mitad de camino ya empieza a llover y granizar fuertemente.

Pasado el collado descendemos por la vía normal de la Pica d?Estats en mitad del temporal, alcanzando unos neveros que atravesamos por la huella. Tras atravesarlos la tormenta se detiene pero ya estamos calados. Continuamos el descenso hasta el Estany d?Estats al que llegamos antes de las cuatro de la tarde, y donde nos detenemos a descansar en nuestra tienda un buen rato antes de desmontar el campamento e iniciar el largo camino de regreso hasta el coche

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