Bugarret  (3031 metros)
Mikel Hernández
Carlos Sabando


Pese a que las previsiones meteorológicas nos daban una ventana de buen tiempo para el viernes por la tarde y sábado por la mañana, llegamos al aparcamiento previo a la barrera de la pista del Plateau de Lienz bajo una fina lluvia. Para colmo todos los montes se ven cubiertos por una delgada capa de nieve reciente.

Tras un rato de indecisión la lluvia para y se ve algún claro, nos preparamos e iniciamos la subida por la pista, ya que los atajos por camino se ven muy pendientes para tomarlos en frío.



En menos de una hora estamos en el refugio de la Glère. Desde fuera se ve enorme, situado junto a un lago en un bonito paraje. Continuamos el camino perfectamente señalizado con postes, primeramente en ascenso hasta superar un collado desde el que vemos a lo lejos cómo el camino desciende muchos metros para alcanzar el fondo de un valle por el que remontar de nuevo en dirección al collado Rabiet.

Durante el descenso pensamos en la tortura que este tramo significará mañana, y en el punto más bajo un nuevo poste no indica 1h 15? al refugio Packe.

El buen camino asciende en cetas y conforme va ganando altura comenzamos a pisar un poco de nieve que poco a poco empieza a tener bastante continuidad. El cielo ha ido despejándose poco apoco y tenemos esperanzas de que mañana el sol de agosto nos limpie al menos los tramos de arista. Con las ultimísimas luces del día y tras pasar cerca de un nuevo lago llegamos al collado Rabiet donde se ubica el precioso refugio, que desde fuera parece bastante grande pero para nada desde el interior. Una parte del edificio permanece cerrada y en la otra justo caben los tres niveles de literas con colchones y mantas para ocho personas y la mesa con taburetes. El refugio cuenta con radio de emergencia y una luz eléctrica, así como estufa de leña.

Compartimos la noche con un padre y tres hijos franceses que han subido a escalar en el campanal de Larrens. Tras prepararnos nuestro plato de pasta de rigor y repasar la ruta de mañana a la cama demasiado tarde, son casi las doce.

A las seis de la mañana nos despertamos y ya desde la litera escuchamos el viento soplar fuerte afuera. Tras el desayuno nos abrigamos con todo lo que tenemos, casi insuficiente en mi caso pues está helando y encima tenemos viento, exagerado por el efecto collado.

Iniciamos un fuerte descenso hasta el fondo del valle ocupado por el lago Rabiet donde se aprecia la cabaña del mismo nombre. De nuevo pensamos en la tortura que será para el regreso. Una vez en el punto más bajo se atraviesa a la vertiente contraria y empezamos a ganar altura sobre el lago de Couyela det Mey por terreno herboso, llegando a un punto donde se difumina el camino tras un nuevo descenso. Según nuestras guías debemos cambiar de dirección en este punto y remontar una valleta a nuestra derecha, y así lo hacemos encontrando algún hito un poco esporádico.

Tras ganar algo de altura cometemos el error de pasarnos a la vertiente oriental del contrafuerte que debemos seguir en dirección a la Pala Crabounouse, por lo que perdemos los hitos y además la nieve reciente sin darnos cuenta nos va retrasando. El viento ha ido menguando pero salvo un rato breve no nos da el sol y la temperatura sigue siendo muy fría para esta época; el cielo poco a poco empieza a cubrirse.

Al rato vemos lo que creemos que es la cima de la Pale Crabounouse y enfilamos hacia ella decididamente por terreno de bloques de granito usando las manos. Cuando alcanzamos ésta antecima vemos que estamos todavía muy lejos de la cumbre. Primero un tramo horizontal muy cómodo y después ascenso a una segunda antecima con dos puntos culminantes separados por una brecha, donde yo diría que al menos plantea unos pasos de II aunque en las guías lo den como I, y donde la nieve fresca no ayuda nada.

Superada la brecha toca un tramo de cresteo en descenso fácil y una vez superado la cresta se transforma en una enorme pala de terreno rocoso que supongo debe dar nombre a este monte.

Superada la pala sin dificultad alcanzamos el rellano cimero donde ya vemos que el tiempo está empeorando rápidamente y no vamos a alcanzar nuestro objetivo de llegar al Pic Long, además de que nos hemos retrasado casi una hora respecto a lo previsto (unas 3 horas y media). Mientras comemos algo en la cumbre de la Pale Crabounouse, decidimos al menos continuar hasta el Bugarret. En este rato sin guantes nos quedamos helados. Mientras estamos parados vemos a lo lejos a las únicas personas en todo el día, una pareja en la cumbre secundaria del Bugarret.


Desde la cima de la Pale Crabounouse continuamos por la amplia arista en dirección al Pic Bugarret, atravesando un nevero horizontal y luego por terreno muy cómodo rodeando hacia nuestra izquierda para alcanzar la base de la pequeña pirámide cimera. Alcanzamos el punto más alto en unos 20 minutos desde la Pale Crabounouse. Desde la cumbre del Pic Bugarret contemplamos la preciosa arista hacia el Pic Long, que tendremos que dejar para otro día dado que el cielo se está poniendo muy feo. A pesar de esto ha merecido la pena conocer esta vertiente del macizo, preciosa, solitaria y muy exigente en lo físico.

Descendemos de la cumbre por la vía de subida y acto seguido emprendemos el descenso de un nevero con intención de flanquear la Pale Crabounouse por la vertiente del lago Tourrat. Enseguida empieza a nevar ¡en pleno 16 de agosto!

Creo que cometemos un error por no llegar a bajar hasta el nivel del lago, donde intuyo que el camino será mejor. Nos quedamos realizando un flanqueo a media altura encontrando algún hito esporádico pero perdiendo bastante tiempo en decidir el camino.

Cuando la nevada nos da una tregua paramos a comer. Continuamos el flanqueo que en última instancia, para alcanzar el rellano de los lagos, y a pesar de que hemos seguido encontrando hitos, nos exige hacer un destrepe bastante guarro por una canal por la que corre agua.

Una vez en ese rellano enseguida acabamos saliendo a la valleta por la que nos desviamos por la mañana. Ya por terreno conocido remontamos el primer ascenso y continuamos el descenso hasta la cabecera del lago de Couyela det Mey. Aquí un nuevo poste indicador da inicio al pedazo de cuesta que nos separa del collado Rabiet. Con una parada intermedia alcanzamos el collado y el refugio Packe. Han pasado más de cuatro horas desde que iniciamos el descenso, ahora toca recoger nuestras pertenencias y tras un descanso continuar rumbo al refugio de la Glére. Antes de llegar a él, como no hemos olvidado, nos resta un nuevo ascenso; finalmente lo alcanzamos en más de hora y media.

En el refugio tomamos un refresco y decidimos descender por la pista, pues con la paliza que llevamos no nos resultan atractivos los atajos. Nos hemos tomado el descenso con mucha calma, pero al final llegamos al coche con más de 13 horas de actividad.


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