Balaitous  (3144 metros)
El Balaitús precisa poca presentación, menos aún en un sitio de locos por el Pirineo. Pero, como algo habrá que decir, recordaré que se trata del tresmil importante más occidental de la cordillera, cumbre del macizo granítico que se levanta al norte de Panticosa, rodeado por los valles de Ossau, Arrens, Ara y Tena. Es una montaña altiva, donde hasta las vías normales tienen alguna pequeña dificultad; una gran masa de roca de flancos verticales construida por una convergencia de crestas afiladas.

SITUACIÓN:

• Unidad: Macizo de Balaitús.
  
• Población más cercana: Arrens - Marsous (Hautes-Pyrénées).
  
• Cartografía: IGN (F) Serie TOP 25. 1647 OT. "VIGNEMALE".
  

FICHA TÉCNICA:

• Desnivel: Unos 1.800 metros acumulados.
  
• Cota mínima / máxima: 1.470 m / 3.144 m
  
• Tiempo: Unas 9h45, ida y vuelta, sin contar paradas.
  
• Dificultad: Fácil. Corta trepada al final de la Gran Diagonal (II). Mucha pedrera movediza en el acceso a la Barane y la diagonal. El resto, por caminos y sendas.
  

ACCESO: Porte d?Arrens es una de las entradas al Parque Nacional de los Pirineos. Se encuentra remontando el Gave d?Arrens, a unos 11 km. del pueblo de Arrens - Marsous, que cuenta con todo tipo de servicios. Porte d?Arrens está a unos 170 km de Huesca, por Sabiñánigo, el Portalet y el Col de l?Aubisque. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de partida en el siguiente link a la Guía Michelin.

ITINERARIO SINTETIZADO: Desde Porte d?Arrens, tomar el camino que sale a la izquierda (SE) de la Maison du Parc. Al pasar cerca de la Cabanne Doumblas, dejarlo por la senda a la derecha (O) que, remontando el vallecito homónimo, llega al Refuge de Larribet. Desde ahí, continuar (SO) por el mismo camino, rodeando los Lacs de Batcrabère antes de alcanzar los de Micoulaou. Dejar entonces la senda y subir por una canal a la izquierda (SO) hasta el Pas de la Barane. En la divisoria, pasar a la vertiente sur y seguir los hitos hasta entrar en una canal que sube a la izquierda (E). Remontarla, pasando junto al Abrigo Michaud antes de llegar al Col Noir, en realidad un hombro, de donde arranca la Gran Diagonal. Recorrerla, sin pérdida posible, hasta que, un poco antes de alcanzar el filo del espolón norte, se abre a la derecha (S) una especie de canal poco evidente, marcada por hitos. Trepar siguiendo las señales (II) hasta la cumbre del Balaitús. La vuelta puede hacerse por el mismo camino.

COMENTARIOS: Esta es la vía normal del Balaitús desde el norte. Se trata de una alternativa al camino de la Sarra para repetir ascensión por otro lado o, si se quiere, combinar ambos itinerarios en travesía. Hacer toda la ascensión de una tirada se puede pero sería una buena paliza y con el tiempo de luz muy justo; creo que es mejor programar una noche en Larribet.
La subida a la Barane sin nieve es una pedrera espantosa, movediza y empinada; si había mejor paso , no di con él; hay muchos hitos pero mejor no hacer caso de ellos: te hacen ir de un lado a otro sin ganar comodidad. La gran diagonal es bastante asquerosita; es la última vez que la tomo ya que prefiero la ruta de la primera vez que vine: una repisa más estrecha pero más sólida que va unos cien metros más arriba todo el rato, que algunos llaman Falsa Diagonal (yo prefiero llamarla ?pequeña? pues cornisa y diagonal lo es tanto como la otra).

DESCRIPCIÓN DETALLADA: Salí del aparcamiento junto a la Maison du Parc de Porte d?Arrens por un camino amplísimo, casi una pista, que sube en rápidas lazadas por el hermoso bosque de Bédout. Al poco, salí de los árboles, cuando el camino pierde pendiente para rodear el Lago Suyen por la izquierda (E). Más adelante, al final del rellano, llegué a la Cabaña Doumblas y dejé la ruta principal, que sigue hacia la Piedra de San Martín, para tomar una senda con hitos que se desvía a la derecha (O) y remonta el barranco que lleva a Larribet.
La progresión se me hizo bastante cómoda, avanzando junto al cauce del arroyo, que forma pequeños remansos entre grandes rocas y plantas acuáticas, dando lugar a encantadores rincones que hacen la subida amena. La pendiente es moderada y el camino, ancho y cómodo. Hacia media subida, crucé el cauce por un puentecillo de madera y alcancé otro rellano donde hay una antigua cabaña en ruinas. A partir de este lugar, la pendiente se intensifica al superar la senda la cabecera de un pequeño circo para salir al rellano donde está el refugio de Larribet. Desde aquí, las laderas del Pallas y el Balaitús están ya a la vista pero unas nubes bajas que cubrían toda la cresta me impidieron verlas. Al día siguiente pude constatar que la vista es impresionante. De momento, paré a tomar posesión de la reserva y aligerar la mochila antes de seguir la ascensión.
Desde el refugio, continué por la misma senda marcada con hitos que me había llevado hasta allí, que remonta el valle donde están los lagos de Batcrabère. Los rodea ambos por la izquierda (SE) y se mantiene con una pendiente ligera hasta la cabecera del más alto; entonces, se empina mientras el terreno se vuelve rocoso, hasta llegar a los diminutos ibones de Micoulaou. La senda pasa por la orilla de uno de los laguitos y, justo cuando queda atrás, vi unos hitos que salían hacia la izquierda (S), definiendo la subida por una canal ancha y no muy marcada. A partir de aquí, llegué a la panza de las nubes y la visibilidad se me limitó bastante pero no tanto como no para no poder ir siguiendo los hitos, así que decidí continuar. Remonté la canal, al principio por pedrera y enseguida por nieve. Cerca del final, la pendiente se hace muy fuerte y pude ver entre la bruma la aguja que divide en dos el paso de la Barane. La nieve dio paso a una pendiente recia de grava muy fina y movediza que da acceso a la cresta. Yo tomé por la derecha (O) donde había una clara traza de subida.
Una vez en la divisoria pirenaica, pasé a la vertiente sur y, siempre siguiendo los hitos ya que la nube no me dejaba otra referencia, avancé un trecho en horizontal y entré en una canal pedregosa que comencé a remontar, llegando enseguida al Abrigo Michaud. Continuando la intensa subida por la pedrera, que deja a la derecha el modesto refugio, alcancé de nuevo la cresta en un amplio hombro, llamado Col Noir, de donde parte la Gran Diagonal. Por fortuna, el itinerario no presenta dudas pues a esta altura la visibilidad era bastante escasa. El único cuidado lo tuve en localizar en el cascajo que cubre la loma un clarísimo trazo, reforzado con hitos, que se dirige a la cara norte de la montaña y pierde un poco de altura para entrar en la Gran Diagonal.
Ésta es una ancha cornisa de suave pendiente, que sube adosada a las paredes que caen de la Arista Packe-Russell. La subida es muy fácil por la misma; se trata sólo de caminar, aunque la inestabilidad del terreno y las piedras que caen de vez en cuando la hacen un tanto desagradable. También es cierto que, si hubiera podido ver el valle, es posible que esa sensación cambiara bastante. Sea como fuere, la cosa es que no guardo buen recuerdo de este itinerario, sin haber llegado a pasarlo mal ni tenido ningún percance. La sensación de conjunto es de recorrido insulso y poco agradable. Cerca de la cresta norte del Balaitús y antes de alcanzarla, me desvié a la derecha, por una especie de cornisa-chimenea adosada a este flanco de la arista. La pendiente se fue intensificando al tiempo que se estrechaba hasta desembocar en un corto muro fácil (II-) que, una vez superado, me dejó en la cresta norte muy cerca de la cumbre, a la que llegué caminando por la cresta ya sin dificultad.
En la cumbre del Balaitús, como siempre que vengo (¿qué tendrá conmigo esta montaña?) no se veía casi nada aparte del hito de cemento español y la especie de trípode metálico francés. Al menos, se estaba bien: no había casi viento y la temperatura era agradable. A la bajada, sí que se levantó un viento que me quitó la nube de encima, bruscamente, cuando estaba cerca de llegar al abrigo Michaud... estuve a punto de darme la vuelta pero lo pensé mejor: esto me hubiera supuesto tener que bajar corriendo para llegar al refugio con las últimas luces del día, lo que no me apetecía en absoluto. En fin, que seguiré intentando saber qué se ve desde la cumbre del Balaitús.