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Suscribirse al canal contenidos Ascensión a el Anboto (1331 m) por ItxasArgia -- 17/04/2011
Vía: (Arrazola-Gerriko Kobie-Mariren Kobie) --
(4462 visitas)
  • Hora de salida: 9
  • Hora de llegada: 16
  • Meteorología: Sol
  • Dificultad: Dificultad media
  • Días: 1
  • Tipo: Ascensión
  • Gps: Descargar
  • Sin panorámicas
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Anboto  (1331 metros)
Mapa de la zona y croquis del recorrido
Mapa de la zona y croquis del recorrido
A algunas montañas se acude porque se les tiene simpatía, otras son visitadas por su altura, su orientación....o por cualquier otro motivo, y a otras vamos porque son simplemente míticas y obligatorias las visitas periódicas.

Para nosotros, el Anboto es una de esas montañas a la que nos acercamos por lo menos una vez al año y subimos a ella cambiando de itinerarios para ir buscando nuevas experiencias.

Además, el Anboto no es una montaña cualquiera. Es una montaña mitológica, que sirvió de morada para la “Dama”. Si esta montaña fue una de las elegidas para morar en ella por algo sería.

En esta ocasión hemos preparado una ascensión un poco más exigente que las normales, por la arista E, pasando por la morada de Mari para visitarla y saludarla. En esta salida no hemos ido solamente el grupo habitual, ya que esta vez se nos han agregado dos chavalas; Itxi e Igo. Un poco oportunistas sí son. Nos acompañan porque ellas también quieren conocer la morada de Mari. Creo que el monte no les motiva demasiado de momento.

Y ya que hablamos de “la dama”, de “Mari”, vamos a presentarla para los que no la conozcáis.

Mucho antes de la aparición de las grandes religiones, cada región, cada poblado tenía sus propias creencias, sus propias divinidades. Para nuestros aitites y amamas los más conocidos eran los Jentiles en general pero la que más perduró en el tiempo fue Mari, la diosa madre, bondadosa en algunas ocasiones y muy siniestra, malvada la mayoría de las veces.

Está representada con cuerpo y rostro de mujer normalmente, con abundante cabellera rubia. Mari tenía un marido, Maju que le visitaba los viernes por la tarde y le peinaba con su peine de oro. Tuvieron dos hijos a los que llamaron Atarrabi y Mikelats. Bienhechor el primero y perverso el segundo lo que hizo que ambos estuvieran constantemente enfrentados.

Aunque parezca una leyenda, Mari existió realmente. Muchísimas personas la vieron volar envuelta en fuego, como una bola que pasaba fugazmente por delante de los caseríos. En otras ocasiones como una ráfaga de aire (no vamos a dudar de cientos de personas, ¿verdad?). En algunas ocasiones se la presenta como una mujer un poco “promiscua” ya que era capaz de casarse con los mortales y tener hijos con ellos.

En Euskal Herria tenía varias moradas a las que se desplazaba volando, pero la auténtica, la principal morada de Mari es una cueva situada en una de las paredes de la cara E del Anboto. Dicen que cuando el Anboto tiene la txapela puesta (la cima cubierta por las nubes) es porque Mari está en su morada. En estos casos es mejor no acercarse a ella ya que si está enfadada puede desatar toda su ira contra nosotros. Si por cualquier motivo entramos en su cueva sin darnos cuenta y nos encontramos con ella no podremos tutearla, no sentarse nunca aunque nos invite a ello y volver a salir de la cueva de la misma forma en la que entramos. Si hemos tenido suerte en nuestro encuentro, podremos volver a casa tranquilamente.

Ya que conocemos a Mari y sabemos cómo tratarla si nos encontramos con ellas, vamos a visitarla a su morada, a la “Mariren Kobie”, pero lo mejor es visitarla un día que haga buen tiempo, un día que no esté lloviendo y que el acercamiento no sea muy peligroso ya que un resbalón puede provocar que nos demos una buena costalada unos trescientos metros más abajo.

Tras esta breve presentación, vamos a intentar explicar el recorrido realizado en esta ocasión:

00,00 h.: La salida la realizamos en el precioso barrio de Arrazola. Un aparcamiento junto a la iglesia nos sirve para prepararnos y dejar perfectamente estacionados nuestros vehículos. Salimos del aparcamiento y comenzamos a subir directamente hacia el Anboto. El día está precioso y, de momento, no hace calor. Vamos para arriba siguiendo unas marcas de PR.

A la salida del pueblo, en la última casa del casco urbano tenemos una fuente de agua muy fresca. Aprovechamos para hacer acopio del líquido elemento.

La pista asfaltada nos sirve para ascender los primeros metros y calentar las piernas.

00,10 h.: Cruce en Y. Tomamos el ramal de la derecha para seguir ascendiendo hacia el S. Unos metros más adelante pasamos un portillo que cierra la pista al ganado. La carretera pasa junto a varios caseríos hasta que llega al último de ellos; Atxekua

00,15 h.: Caserío Atxekua al que llegamos tras dar un par de revueltas. Junto a este edificio finaliza la pista asfaltada. Si pasamos tras él hacia el N podemos tomar una senda que sube hasta Santa Bárbara, en la parte intermedia de la Sierra del Anboto. Como no nos interesa ir hacia ese lugar, pasamos por delante del caserío y tomamos una pista de hierba que se dirige hacia el S.

00,16 h.: Borda. Muy cerca de Atxekua, nos encontramos con una borda, donde abandonamos la pista y cambiando de dirección hacia el OSO y empezamos a subir por una marcada senda. No tiene pérdida ya que la senda es evidente y las marcas PR hacen el resto.

El camino asciende entre algunos helechos hasta que entramos en un bosque mixto de coníferas y arbolado autóctono.

00,25 h.: Entramos en el exiguo bosquete y tras realizar un par de cambios de dirección en zigzag, llegamos a una pequeña plataforma donde encontramos otro portillo, este mucho más humilde que el anterior.

00,30 h.: Portillo. Cruzamos el portillo y salimos del pinar para seguir ascendiendo entre piedra caliza y vegetación. La senda esta bastante pisada y ascendemos sin problemas. Las profusas marcas de pintura nos ayudan a caminar por las zonas más cómodas.

01,10 h.: Collado en la zona de Ibarra a 760 m. aproximadamente. Llegamos a un verde collado situado bajo el contrafuerte de la pared ENE por la que ascenderemos. Este collado es visible casi desde que hemos salido del bosque, por lo que no tiene ningún problema llegar a él. De momento estamos en el camino de Zabalandi, pero debemos abandonarlo para comenzar a ascender por la empinada ladera de piedra para llega hasta nuestro próximo objetivo, la cueva de “La Dama”.

Al llegar al collado giramos 90º y comenzamos a ascender siguiendo unas llamativas marcas azules que nos irán acompañando en toda la subida. La pared se muestra bastante accesible por cualquier punto, pero es mejor seguir las marcas ya que éstas van directamente a la cueva por la subida más cómoda, se supone.

Poco a poco vamos salvando distinta escaleras, siempre con las marcas a nuestra vera. De pronto la pendiente se suaviza y deja paso a una zona herbosa. Abajo, muy abajo queda ya Arrazola, y muy cerca tenemos ya visible la primera de las cuevas, la Gerriko Kobie.

02,25 h.: Gerriko Kobie (1.135 m), Estamos a la entrada de la hermosa cueva que al adentrarnos vemos que tiene una salida a la otra parte. Tras cruzar por el interior, salimos a la depresión de Eskillar con un patio con una caída de unos doscientos metros por lo menos.

Para llegar a la cueva de Mari no tenemos más de doscientos metros de llaneo, con un hermoso patio a nuestra izquierda. Este camino lo podemos subdividir en dos trechos; el primero de ellos unos cincuenta metros de roca bastante pulida y con un pequeño desplome hacia la izquierda (el lado malo). El segundo tramo sobre hierba, menos expuesto pero igual de peligroso.

Para el primer tramo colocamos una cuerda a modo de pasamanos. La verdad es que no es muy seguro que digamos, pero el efecto psicológico sí es importante. Algunos agarrados a la cuerda y otros sin su ayuda, vamos pasando poco a poco hasta el otro extremo y después una corta caminata hasta la cueva que está al final de la senda.

03,00 h.: Mariren Kobie. Tras acceder al interior la cueva se amplia y se bifurca en varios ramales. Uno de ellos se adentra en el interior de la montaña. La figura de Mari aparece por todas partes: con un poco de imaginación podemos verla en cualquier pared, roca o incluso en el suelo. Como no llevamos material adecuado solamente visitamos las estancias más exteriores.

Tras una larga sesión fotográfica, chistes y demás algarabía, abandonamos la cueva y nos volvemos de nuevo a la Gerriko Kobie para proseguir con nuestra ascensión. Regresamos por el único camino existente y, tras el “numerito” del pasamano estamos de nuevo en la Gerriko Kobie donde paramos un poco para beber agua, comer algún fruto seco o similar y relajarnos un poco.

Entre una cosa y otra hemos “perdido” una hora larga. Pero ha merecido la pena. No se entiende una ascensión por esta vía sin visitar la cueva de “La Dama”, solamente visitable cuando hace buen tiempo y la roca está seca. Con el piso mojado no es aconsejable acercarse a la cueva a no ser que se tenga un gran nivel montañero. Los pisa praos de primera como nosotros, con mucho cuidadito y sin prisas cuando está seco.

Bueno, ya hemos cumplido por hoy ¿Cómo que no? Claro, claro, nos falta hacer cima que es a lo que habíamos venido. Lo de la cueva era una excusa para utilizar esta exigente vía. Así que para arriba a ver si tenemos suerte y encontramos el bar de la cima abierto y nos tomamos una cerveza (je, je).

03,35 h.: Abandonamos la Gerriko Kobie y proseguimos camino siguiendo las feas marcas azules. Durante unos cuatro o cinco minutos el camino llanea en dirección O para, pasados un par de centenares de metros, cambiar de dirección a SSO buscando la ya evidente cima a la que llegaremos tras un último esfuerzo.

04,05 h.: Anboto (1.331). Llegamos a la cima bastante cansados pero contentos. Hemos subido solos. En la subida sólo hemos visto un montañero en la zona de las cuevas, pero aquí arriba parece que hay una manifestación. Esta claro que esta montaña tiene tirón. Además, si se sube por la vía normal da tiempo de bajar y tomarse un vermú en cualquier pueblo de la zona. ¿El bar de la cima? Ni rastro de él, nos han vuelto a engañar.

Permanecemos en la cima un buen rato para disfrutar del hermoso día, sacar unas fotos e identificar algunos montes como: Udalaitz, Gorbeia, Beriain, Aralar, Aizkorri, montes de Gipuzkoa, Urdaibai, Cantabria, Burgos..... todo, todo, todo a nuestro alcance. El día está muy bueno pero el aire no está totalmente limpio, pero en otra ocasión anterior pudimos ver incluso Pirineos con sus numerosas cumbres nevadas. Habrá que volver en otra ocasión.

Después de comer e hidratarnos llegamos a la conclusión de que no podemos quedarnos a vivir en la cima y decidimos bajar. Para ello utilizamos la vía normal de Zabalandi.

04,45 h. Comenzamos a bajar siguiendo las marcas GR que van en dirección al S, por la vertiente opuesta a la que hemos subido. El descenso, como casi todos, es duro. Hemos conseguido los objetivos de visitar la cueva y la cima y todo lo demás nos sobra. A veces nos gustaría usar el método “Juanito” pero creemos que no merece la pena por lo que bajaremos como podamos, con las piernas machacadas y los dedos de los pies bastante tocados.

El descenso, directo, es bastante incómodo ya que la pendiente es muy acentuada y el camino no está demasiado trillado. Con el paso del tiempo y de la gente, los caminos de piedra se van volviendo cómodos pero en este caso, al tratarse de roca compacta, no ocurre lo mismo. No vamos a seguir quejándonos, así que para abajo buscando el collado de Zabalandi, que parece que se aleja en vez de acercarse.

05,05 h.: De pronto, a nuestra izquierda, algo llama la atención. Una gran ventana, nos muestra el valle de Atxondo. Se trata del ojo de Eskillar. Una maravilla de la naturaleza que hace que nos olvidemos un poco del cansancio que llevamos acumulado. Sacamos unas fotos a través de la abertura circular y proseguimos con nuestro descenso hacia el collado de Zabalandi.

Poco a poco, siguiendo las marcas de Gr (muy mal pintadas por cierto), vamos descendiendo hasta que llegamos a una zona de hierba y tierra. Nuestras piernas, que son muy agradecidas, nos devuelven una sonrisa muy natural.

05,45 h.: Collado de Zabalandi. Paramos unos minutos para hidratarnos. Después tomamos el PR que va en dirección a Arrazola. Para ello deberemos ir girando al Anboto en el sentido contrario a las agujas de un reloj. El descenso es bastante cómodo y, de momento, apenas se nota.

Pasamos por un pequeño hayedo bastante diseminado y nos llama la atención la gran cantidad de árboles caídos que vamos encontrando a nuestro paso. Diríamos que casi un ochenta por ciento de los árboles ha perdido la verticalidad. Pensamos que los ventarrones de primeros de año de 2008 ó 2010 puedan ser la causa. Con gran pena, vamos sorteando los árboles caídos que están ocupando nuestro camino.

Tras una cómoda bajada hacia Mimeskorta, el camino se horizontaliza mientras vamos andando por la vertiente E del Anboto. Según vamos andando vemos el ojo de Eskillar allá a lo lejos y un poco más adelante pasamos bajo la cueva de Mari. Debido a la orografía del monte no la vemos, pero sí el camino que une las dos cuevas visitadas. Impone y mucho la gran caída que tiene el camino. Menos mal que desde arriba no se ve el patio en toda su inmensidad.

Mirando hacia arriba y sacando algunas fotos mientras caminamos nos topamos con el collado de Ibarra al que habíamos llegado en subida.

06,20 h.: Collado en la zona de Ibarra. Hemos cerrado el círculo y el resto del camino es común al de subida. Ahora la pendiente se acentúa y las piernas comienzan a acusar claramente el cansancio. A consecuencia de la falta de costumbre, Itxi e Igo sufren más que el resto. La bajada se les atraganta en exceso. Poco a poco, quemando los distintos tramos llegamos a Arrazola.

07,35 h.: Arrazola, fin del recorrido. Llegamos al pueblo y lo primero que hacemos es tomar abundante agua en la fuente que hay a la entrada del pueblo, en el costado de la primera casa. El agua está buenísima. Hemos pasado bastante calor y se agradece el frescor del líquido elemento. Después vamos al aparcamiento para quitarnos las botas y cambiarnos de ropa que estamos “hechos unos zorros”.

¿Y las cervezas? Nada, que nos hemos quedado con las ganas. Arrazola es precioso pero no tiene ningún bar público, solo hay un par de txokos privados. Así que nos vemos obligados a movernos hasta Abadiño donde nos tomamos dos o tres por lo menos (los conductores sin alcohol). Muy, muy buenas no estaban, yo diría que ESTABAN BUENÍSIMAS.

DATOS DEL GPS.:

Recorrido realizado: 07,86 Km.
Ascenso acumulado: 1.400
Descenso acumulado: 1363
Tiempo total empleado: 07 h 35´ (03 h 47´ de paradas y descansos)


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