Tendeñera  (2853 metros)
ASCENSIÓN POR OTAL

SITUACIÓN:
* Unidad: Sierra de Tendeñera.
* Población más cercana: Torla (Huesca).
* Cartografía: Ed. Alpina, hoja digital "VIGNEMALE".

¿DÓNDE ESTAMOS?: La Sierra de Tendeñera pertenece a las sierras interiores, alineación predominantemente caliza que corre paralela al sur del eje axial de los Pirineos en su tramo central. Son sus vecinas la Sierra Telera o de la Partacúa al oeste, de la que está separada por el Valle de Tena, y la de las Cutas al este, al otro lado de Broto. Como sucede con todas las altas cumbres destacadas del eje de la cadena, posee unas vistas privilegiadas.

ACCESO: San Nicolás de Bujaruelo, punto de partida de la ruta, se encuentra a poco más 100 km de Huesca, por Sabiñánigo, Biescas y Torla. El pueblo estuvo abandonado pero, recuperado por el turismo, cuenta con un albergue con servicios similares a los de los refugios. Para compras u otras cosas, Torla es lo más cercano.

ITINERARIO: San Nicolás de Bujaruelo - Ribereta de Otal - Cabaña de Otal - Faja Basarán - Collado de Tendeñera - Paso Tendeñera - Tendeñera - retorno.

FICHA TÉCNICA:
* Desnivel: Unos 1.550 metros acumulados.
* Cota mínima / máxima: 1.338 m / 2.853 m
* Tiempo: Unas 8 horas, en total, sin contar paradas.
* Dificultad: Fácil. Pala de nieve de pendiente moderada (< 30º) y unos metros de arista sencilla, en el acceso a la cumbre.

COMENTARIOS: Ascensión pacífica y fácil, para disfrutar con tranquilidad. Un lujo para cuando quien no quiera subir una hermosa montaña sin complicarse la vida. No lo conozco pero, sin nada de nieve, la escasa dificultad de la ascensión quedaría en nada pues la pendiente tras el Paso Tendeñera, a buen seguro estará surcada por potente senda y el tramo de cresta es amplio.

DETALLES: En San Nicolás de Bujaruelo, tras pasar la noche en el albergue, comencé a caminar por la misma pista que recorre el valle. Al cabo de un par de kilómetros sin apenas ganar desnivel, sale a la izquierda (O) otra pista que entra en la Ribereta de Otal. La tomé y, tras un rato de subida en lazadas por bosque poco denso, al terminar la suave pendiente, salí de pronto a terreno despejado. Frente a mí, un amplio vallecito plano, cubierto de hierba, con un riachuelo serpenteando en medio y rodeado de altas laderas coronadas de nieve. La imagen es de anuncio de chocolate. Al fondo y un poco a la derecha, destaca la cúpula nevada de la Tendeñera. A la izquierda, el Pico de Otal, rocoso y descarnado, parece mirar ceñudo desde lo alto de su vertiginosa pared. En contraste, al otro lado del valle la hierba verdea las laderas de Ordiso.
Para remontar el circo, comencé por recorrer la Ribereta de Otal por un amplio camino que sigue la margen izquierda del río. Por el mismo llegué a una cabaña situada ya cerca de las paredes del fondo, que estaba en muy buen estado pero extremadamente sucia (menos mal que no se me ocurrió venir a pasar aquí la noche). Aquí termina la pista y cogí un camino que sale de la parte de atrás de la casa, bien visible su trazo en la hierba, y que estaba marcado con manchas de pintura roja (ahora es un ramal del GR.11; supongo que estará balizado como tal). La senda remonta las praderas del lado de Ordiso, en la vertiente norte del valle, dando mil lazadas. El desnivel se lleva muy bien pues el camino es cómodo y la pendiente regular. Enfrente, el Pico de Otal se va mostrando cada vez más espectacular y será un verdadero imán para la vista hasta la misma cumbre de la Tendeñera.
Al cabo de bastante rato, llegué a la Faja de Basarán y apareció a mi izquierda (SO) el Collado de Tendeñera, al extremo de la misma. Esta amplia terraza cubierta de neveros me llevó, en subida muy suave, hasta dicha horcada, desde donde el resto del camino es ya bien visible: se trata ahora de remontar la loma que sale a la izquierda (S), ancha y de pendiente suave, que va girando ligeramente a la derecha (SO) hasta encontrar la cresta principal de la sierra inmediatamente al este de la Tendeñera.
Subiendo por ese lomo nevado, amplio como queda dicho y de muy ligera inclinación, llegué al Paso de Tendeñera, que es un rellano en la cresta este del pico, al pie de una pala triangular más empinada (30º). Subiéndola, llegué a una arista casi horizontal con el ancho preciso para pasar simplemente caminando pero que, ese día, estaba cubierta por un caparazón de nieve helada que se prolongaba hasta la cumbre y que me hizo avanzar con cierto tiento, al menos al principio.
En la cumbre, no pude ver si había hito o señal alguna pues la boina de nieve que la cubría tenía casi dos metros de espesor. Por otro lado, y pese a una ligera bruma, las vistas eran magníficas desde las montañas de Panticosa hasta las Tres Sorores, pasando por Vignemale y todo lo de en medio. Más cerca, la arista que lleva al Otal se ve espectacular.
El retorno a San Nicolás de Bujaruelo lo hice por el mismo camino.